Joe se acerco tambaleandose hasta mi lado y se sento torpemente en el brazo del sofa.
- ¿Que te pasa tio? - Quito la botella de bourbon que tenia encima del maletin y lo cogio - ¡Ya lo tienes! ¿No puedes alegrar esa vieja cara nunca?
- Cuando lo haya entregado.
- Ya has conseguido lo mas dificil y encima has salido ileso.
- No del todo, casi me dejas sordo con el aparatejo ese.
- Sabes que soy un negado de las nuevas tecnologias.
- Seguro que al final consigues arreglarlo, por ahora diviertete con tus amigas.
Encogio los hombros y se reunio con las chicas, al poco tiempo sono el movil, era la Dama.
- Buenos dias, Dama ¿Como estas?
- No esta muy bien – La voz ronca e inconfundible de Vicenzo hizo que me desapareciera la borrachera instantaneamente – Si no quiere que este peor aun deberiamos negociar un trato.
- Exacto. Venga a mi casa solo, dentro de una hora. Si colabora no nadie saldra herido.
- Esta hablando con un caballero.
- No esta en posicion de amenazarme, le espero dentro de una hora.
- ¿Que coño pasa?
- Joder, ¿Que vamos a hacer?
- ¿Vas a ir tu solo? Si no quieres que vaya yo llama a Angel, he oido que esta en la ciudad.
- No digas eso ni en broma. Nos veremos cuando hayas resuelto este lio en mi tienda y nos emborracharemos – Me cogio la cabeza con sus grandes manos – No vas a intentar nada suicida - ¿Ok?
Se marcho y me quede de nuevo sentado en el sofa. Tendria que haberme planteado un plan para salir de esta peroe staba demasiado cansado. Saque la carta de Angel del bolsillo de la camisa que me habia regalado y que prometi no quitarme hasta que resolviera el caso. Termine de leerla, me levante y sonrei.
Llegue a casa de Vicenzo a la hora prevista. Dos hombres me cachearon y me llevaron hasta el. Me estaba esperando en una gran sala de juegos con un billar en medio. Varias esculturas de marmol se apoyaban en las paredes, la decoracion dejaba mucho que desear pero cualquiera que me viera me diria que no era el mas indicado para hablar de buen gusto.
- Buenas noches – Me dijo con una media sonrisa de satisfaccion – Deme el maletin.
- Antes quisiera ver a la Dama.
- ¿Y que pasara conmigo?
- Que alivio...
- No, gracias, vengo servido de casa. Bonito billar – Me acerque y acaricie una tronera - ¿De terciopelo?
- Que pena.
Le tire el maletin blindado con tal fuerza que su fragil cuerpo salio despedido hacia atrás, cogi un taco y lo parti en la cabeza de uno de los sicarios, le quite el arma y le dispare al otro mientras corria a cubrirme. Un sonido gutural me hizo girarme, Vicenzo venia histerico hacia mi, recogi una parte del taco roto y lo dirigi contra el, se lo clave en el pecho y lo lance encima de la mesa de billar. Me levante y me acerque a observarle. Estaba tosiendo mientras echaba esputos de sangre por la boca. Sus ojos reflejaban un miedo profundo a morir.
- Ayuda – Me dijo con su ultimo aliento – Llama a una ambulancia y te dare todo lo que quieras.
Lo mire inmovil durante un momento y luego puse mi mano en su herida. Sonrio y le acerque el dedo indice a la boca.
- No te ilusiones, solo estaba examinando si la herida era mortal – Su mirada se lleno de ira – Perfecto, de esta no sales andando. Hasta siempre viejo bastardo.
Cogi las armas de los guardaespaldas y mire de nuevo el monitor, los esbirros que tenian cautiva a la Dama no se habian enterardo de nada. En el fondo de la imagen se veia a traves de una ventana la copa de un arbol asi que me dirigi a la segunda planta con el maletin a cuestas. En la tercera puerta que abri los encontre, los pobres no tuvieron tiempo ni de averiguar que estaba pasando. Desate a la Dama, que no hacia otra cosa que observar el maletin.
- ¿Conseguiste la llave?
Bajamos rapidamente hacia la entrada. Un disparo hizo que frenaramos en seco nuestra huida.
- ¿Donde vais tan rapido? Nos recrimino el Basurero, que nos esperaba en la puerta junto a varios hombres mas. - ¿Llegais tarde a algun sitio?
- Creo que aquí hay alguien que quiere que le extirpe otro pezon – Le dije a la Dama – Observalo bien para que lo recuerdes cuando estemos a solas.
- ¿A la mansion Dickinson? - El Basurero asintio con la cabeza - ¿El zoo esta cerrado?
- Solo que me la cuides bien hasta que me la devuelvas y pueda reventarte la cabeza con ella.
- Pronto, muy pronto...