martes, 17 de marzo de 2009

Capitulo 13: Un ultimo adios

Llegamos a la mansion pasado el mediodia y nos llevaron escoltados por un largo pasillo hasta una habitacion completamente vacia, el basurero se habia tomado muchas molestias para evitar que mi inventiva le jugara una mala pasada.

- ¿Que vamos a hacer? - Me pregunto la Dama – Seguro que ya has pensado algun plan.

- No – Me sente en el suelo y saque el paquete de tabaco que habian tenido la decencia de no confiscarme – La mejor opcion es esperar tranquilamente y ver como se desarrollan los acontecimientos. ¿Quieres un pitillo?

- No puedo creer que te vayas a quedar ahi sentado a esperar que vengan a matarnos. Por que si no te has dado cuenta eso es lo que van a hacernos.

- Es lo que yo haria...

- Ademas tienen el maletin.

- Ahora mismo eso no me preocupa.

- Pues a mi si. Me preocupa mucho que tengan la llave y que vayan a matarnos. Llamame paranoica si quieres pero no merezco ser asesinada.

- Eres una mujer fria y calculadora que se caso con un tipo que no era trigo limpio para robarle y yo un asesino a sueldo con suficiente sangre en las manos como para pintar de rojo un bloque de pisos. Quiza es lo que nos merecemos. - La puerta se abrio y dos hombres cogieron a una asustada Dama para llevarsela, cuando paso a mi lado le guiñe un ojo. – Pero no hoy.

Habia estado en suficientes situaciones parecidas como para saber lo que me esperaba. A los pocos minutos entro el Basurero, llevaba a Sargonnas en el cinturon. Estire los brazos, me desperece y segui sentado. Se froto las manos y sonrio.

- Jack, querido amigo, no sabes el tiempo que llevo esperando este momento.

- ¿La hora del te?

- Elocuente hasta el final, ¿Eh, Jack? Porque sabes que esto acaba aquí.

- Siempre pense que acabariamos matandonos en una cascada en Reichenbach, aunque la verdad es que nunca hemos coincidido en Suiza.

- Nunca dejaras de ver la vida con ese halo de romanticismo, es una lastima que tenga que ser yo quien te abra los ojos y te enseñe que los buenos tiempos son cosa del pasado. Ya no tenemos veintipocos años ni nos perseguimos por medio mundo en busca de nadie, somos demasiado viejos. Acabare contigo y podre por fin descansar en paz. Termina el cigarrillo y levantate.


Le di una larga e intensa calada y tire la colilla, me levante y el Basurero me golpeo el estomago una y otra vez hasta que cai al suelo.

- ¿No vas a decir nada? - Estaba fuera de si, me pateo la cabeza y la espalda reiteradamente, cuando apenas podia moverme, me levanto por el cuello de la camisa y me encaro con el, su saliva se estrellaba en mi cara mientras me gritaba lleno de ira - ¡Di algo!¡Quiero oirte gritar de dolor!

Exhale el humo del cigarrillo en sus ojos y me solto. Se echo las manos a la cara durante un segundo que aproveche para darle varios puñetazos. Aparte del esfuerzo de aguantar la paliza sin abrir la boca casi me asfixio antes de que me acercara lo suficiente.

- Trucos del oficio, basurilla – Le agarre la cabeza y empece a golpearla violentamente contra el suelo hasta que sus facciones quedaron irreconocibles. Cuando estaba semiinconsciente le quite mi pistola y le apunte mientras le pisaba el cuello para evitar que se moviera. - Jacqueline – Le dije mientras cargaba a Sargonnas – Se llamaba Jacqueline.

- ¿Que? - Me respondio entre gorgoteos - ¿Jacqueline?

- Asi se llamaba y tenia siete años, le encantaba dibujar, ir con sus padres a pasear por la playa y cogerse los talones. Si no nos hubieramos cruzado en su vida aun estaria viva.

- La vida es dura...

- Adios, Henry Jones. - El frio disparo de mi Magnum acabo con nuestra rivalidad de una vez por todas – Nos veremos alli abajo.

Guarde a Sargonnas en la pistolera que llevaba en el hombro y sali de la habitacion en busca de la Dama. Todo estaba muy tranquilo, no habia matones por ningun lado ni nada que rompiera el inquietante silencio que se habia apoderado de la mansion. Un tiro me sobresalto, venia de la segunda planta. Corri como pude hacia alli temiendome lo peor. Cuando entre vi a la Dama moribunda en un charco de sangre. Me acerque y la mire, no podia decir nada pero su mirada hablaba por ella, le acaricie su melena apelmazada y cerro los ojos, habia muerto. El ruido de una escopeta amartillandose tras de mi me hizo darme cuenta de que no estaba solo.

- A pesar de su mas que comprobada profesionalidad me ha sido muy facil pillarle por la espalda.

- Dickinson, sucio bastardo...

- No se lamente, - Senti como me apuntaba, pero no podia hacer nada, antes de que me diera la vuelta estaria en el infierno.- Tenia muy buen cuerpo pero era demasiado ambiciosa, si no hubiera sido yo habria sido su siguiente marido. ¿Algo que decir antes de reunirse con sus antepasados?

- La venganza hace que merezca la pena el dolor.

- Muy profundo, pedire que lo usen para su epitafio.

El ruido del arma disparandose retumbo en mis oidos mientras el tiempo parecia detenerse, mi vista se nublo mientras la sangre se deslizaba por mi pecho y brazo hasta la moqueta. Entretanto Dickinson cayo al suelo fiambre. Usar a Sargonnas a traves de mi hombro seguramente me habria dejado la extremidad inservible para el resto de mi vida, pero era un pequeño sacrificio en por de un bien mayor, ademas era ambidiestro. Cai de rodillas debilitado por la paliza del Basurero y la perdida de sangre. Deberia haber estado contento, todo habia acabado y todavia respiraba.

- Eso mañana te va a doler – La voz era inconfundible, y no pude hacer otra cosa que sonreir. – Deberias ir al hospital.

- Pense que ya te habias largado de la ciudad.

- Todavia tenia que recoger cierto maletin con una llave.

- Muy astuta – Me encendio un cigarrillo y me lo puso en la boca - ¿Como sabias que estaba aquí?

- Un localizador en la camisa que te regale.

- Eso explica las interferencias que decia Joe. ¿Me vas a decir para quien trabajas?

- Para gente que prefiere estar en el anonimato.

- ¿Su nombre rima con cabrones?

- Puede – Rio, recogio el maletin y dejo de apuntarme para darme un beso – Te escribi la combinacion en mi carta por si acaso, pero se ve que toda la perspicacia que tienes con el resto de los mortales no la tienes conmigo.

- ¿No dicen que el amor te ciega?

- Pues tu deberias de empezar a abrir los ojos si no quieres acabar mal. - Se encamino hacia la puerta – Por lo que a mi respecta todo ha terminado. ¿Sin rencores?

- Vale, al fin y al cabo podre seguir con mi anonimato y mi triste vida de camarero.

- Entonces esto es un adios. Cuidate.

Y se fue. Me arrastre escaleras abajo y como pude me incorpore para pedir un taxi que me llevara al hospital. Por mucho que me cueste adimitirlo no le guardaba nada de rencor a Angel. A fin de cuentas era su trabajo.


Epilogo.

Tras varios mese de dolorosa rehabilitacion mi brazo no habia quedado tan mal, o por lo menos no tanto como mi corazon. El bar estaba de nuevo en funcionamiento y yo seguia poniendo copas a borrachos que no podian ponerse en pie.

Me mese la barba y empece a limpiar la barra, que estaba fria como una lapida, era una tarde tranquila hasta que mi compañero el pianista entro en escena.

- ¡Siete! Dejame las llaves de tu moto que la voy a mover un poco para poder aparcar el coche – Se las tire no muy fuerte, le golpearon en la mano y cayeron estridentemente al suelo. Las recogio y empezo a mirarlas extrañado. - ¿Y esta llave tan rara que llevas aquí?

- Se la quite a alguien que pensaba que yo no era una persona perspicaz a cambio de cuatro besos, siete abrazos y un disparo...  

domingo, 15 de marzo de 2009

Capitulo 12: Encontrando fatalidad

Al amanecer los Deep Purple y su Highway star iluminaban cada rincon de mi apartamento. Joe y tres amigas suyas de dudosa procedencia bailaban agarrados a sus copas mientras reian. Yo seguia sentado en el sofa observando el maletin, obvia decir que era blindado y la unica manera de abrirlo era con la dichosa combinacion que el Buzon y despues los drogadictos se habian llevado a la tumba. Todo este asunto se estaba alargando demasiado y la solucion a todo estaba a apenas diez centimetros de acero de mi. Tenia que encontrar esa combinacion lo antes posible.

Joe se acerco tambaleandose hasta mi lado y se sento torpemente en el brazo del sofa.

- ¿Que te pasa tio? - Quito la botella de bourbon que tenia encima del maletin y lo cogio - ¡Ya lo tienes! ¿No puedes alegrar esa vieja cara nunca?

- Cuando lo haya entregado.

- Ya has conseguido lo mas dificil y encima has salido ileso.

- No del todo, casi me dejas sordo con el aparatejo ese.

- No te quejes, eran transmisores ergonomicos de ultima generacion. Lo que todavia no comprendo era esa interferencia que se oia en el tuyo.

- Sabes que soy un negado de las nuevas tecnologias.

- Aun asi deberia haber recibido una señal nitida.

- Seguro que al final consigues arreglarlo, por ahora diviertete con tus amigas.


Encogio los hombros y se reunio con las chicas, al poco tiempo sono el movil, era la Dama.

- Buenos dias, Dama ¿Como estas?

- No esta muy bien – La voz ronca e inconfundible de Vicenzo hizo que me desapareciera la borrachera instantaneamente – Si no quiere que este peor aun deberiamos negociar un trato.

- ¿La chica por el maletin?

- Exacto. Venga a mi casa solo, dentro de una hora. Si colabora no nadie saldra herido.

- De acuerdo viejo. Por su bien espero que no le haya tocado ni un pelo a la Dama.

- Esta hablando con un caballero.

- No, usted no es un caballero, es un sucio viejo cuya esperanza de vida acaba de caer en picado.

- No esta en posicion de amenazarme, le espero dentro de una hora.

- ¡Hijo de..! - Y colgo, grite y estrelle el telefono contra la pared. Joe apago la musica y les dijo a las chicas que la fiesta habia terminado. Las llevo hasta la salida y cerro la puerta.

- ¿Que coño pasa?

- Tienen a la Dama.

- Joder, ¿Que vamos a hacer?

- Tu nada, ya me has ayudado bastante.

- ¿Vas a ir tu solo? Si no quieres que vaya yo llama a Angel, he oido que esta en la ciudad.

- Ya se ha largado, de todas formas no la meteria en algo como esto adrede. Sera mejor que me dejes prepararme, hay un juego de llaves en la entrada, cogelo por si acaso. Seria una pena que me pasara algo y se desaprovechara este piso.

- No digas eso ni en broma. Nos veremos cuando hayas resuelto este lio en mi tienda y nos emborracharemos – Me cogio la cabeza con sus grandes manos – No vas a intentar nada suicida - ¿Ok?

- Ok. 

Se marcho y me quede de nuevo sentado en el sofa. Tendria que haberme planteado un plan para salir de esta peroe staba demasiado cansado. Saque la carta de Angel del bolsillo de la camisa que me habia regalado y que prometi no quitarme hasta que resolviera el caso. Termine de leerla, me levante y sonrei.

Llegue a casa de Vicenzo a la hora prevista. Dos hombres me cachearon y me llevaron hasta el. Me estaba esperando en una gran sala de juegos con un billar en medio. Varias esculturas de marmol se apoyaban en las paredes, la decoracion dejaba mucho que desear pero cualquiera que me viera me diria que no era el mas indicado para hablar de buen gusto.

- Buenas noches – Me dijo con una media sonrisa de satisfaccion – Deme el maletin.

- Antes quisiera ver a la Dama.

- Bien – Saco un pequeño monitor y me lo lanzo. Vi a la Dama, amordazada y atada en otra habitacion. Parecia estar bien dentro de las circustancias. - Esta en una habitacion contigua, sera liberada una vez suelte el maletin.

- ¿Y que pasara conmigo?

- Muy astuto, señor siete – Rio y se echo una copa – Pensaba cortarle las manos y dejarle marchar, pero estoy harto de sus elocuentes comentarios, asi que tambien le cortare la lengua.

- Que alivio...

- ¿Quiere una ultima copa?

- No, gracias, vengo servido de casa. Bonito billar – Me acerque y acaricie una tronera - ¿De terciopelo?

- Siempre quiero lo mejor, tiene casi cien años y los tacos son de auntentico marfil 

- Que pena.


Le tire el maletin blindado con tal fuerza que su fragil cuerpo salio despedido hacia atrás, cogi un taco y lo parti en la cabeza de uno de los sicarios, le quite el arma y le dispare al otro mientras corria a cubrirme. Un sonido gutural me hizo girarme, Vicenzo venia histerico hacia mi, recogi una parte del taco roto y lo dirigi contra el, se lo clave en el pecho y lo lance encima de la mesa de billar. Me levante y me acerque a observarle. Estaba tosiendo mientras echaba esputos de sangre por la boca. Sus ojos reflejaban un miedo profundo a morir.

- Ayuda – Me dijo con su ultimo aliento – Llama a una ambulancia y te dare todo lo que quieras.

Lo mire inmovil durante un momento y luego puse mi mano en su herida. Sonrio y le acerque el dedo indice a la boca.

- No te ilusiones, solo estaba examinando si la herida era mortal – Su mirada se lleno de ira – Perfecto, de esta no sales andando. Hasta siempre viejo bastardo.

Cogi las armas de los guardaespaldas y mire de nuevo el monitor, los esbirros que tenian cautiva a la Dama no se habian enterardo de nada. En el fondo de la imagen se veia a traves de una ventana la copa de un arbol asi que me dirigi a la segunda planta con el maletin a cuestas. En la tercera puerta que abri los encontre, los pobres no tuvieron tiempo ni de averiguar que estaba pasando. Desate a la Dama, que no hacia otra cosa que observar el maletin.

- ¿Conseguiste la llave?

- Si hubiera palmado no te habrian secuestrado – Acerco su mano al asa y le di un cachete en en ella - No hasta que salgamos de aquí.

Bajamos rapidamente hacia la entrada. Un disparo hizo que frenaramos en seco nuestra huida.

- ¿Donde vais tan rapido? Nos recrimino el Basurero, que nos esperaba en la puerta junto a varios hombres mas. - ¿Llegais tarde a algun sitio?

- Creo que aquí hay alguien que quiere que le extirpe otro pezon – Le dije a la Dama – Observalo bien para que lo recuerdes cuando estemos a solas.

- Eso tendra que ser en otra ocasión, la Dama y tu os venis conmigo de excursion.

- ¿A la mansion Dickinson? - El Basurero asintio con la cabeza - ¿El zoo esta cerrado?

- Quiza tu humor cambie cuando sepas que he destrozado tu moto y me he llevado esto – Me enseño a Sargonnas - ¿No tienes nada que decirme?

- Solo que me la cuides bien hasta que me la devuelvas y pueda reventarte la cabeza con ella.

- ¿Y cuando piensas hacerlo?

- Pronto, muy pronto... 

jueves, 5 de marzo de 2009

Capitulo 11: Buscando Fortuna

Aunque la reunion iba a realizarse a medianoche y eran casi las diez, me acerque a “La Corchea naranja”, un club de jazz del centro cuyo musico residente era el portentoso “Le Chic”, un cantante frances ciego y voluminoso considerado el padre del sonido soul mas sucio y desgarrador que se podia escuchar en toda la ciudad. Lo conoci muchos años atrás con vision y cien kilos menos en Nueva Orleans y desde entonces se convirtio en una especie de consejero espiritual para mi. Entre a los camerinos y lo salude efusivamente antes de sentarme a su lado.

- Buenas noches, jack. Hacia años que no sabia nada de ti, desde lo de aquella niña francesa si no recuerdo mal. ¿Te has estado portando bien?

- Todo lo bien que me han permitido las circunstancias.

- Supongo que eso es un no disfrazado.

- Ciertamente.

- ¿Que te trae a este humilde club?

- Las dudas

- Todos dudamos alguna vez, y eso no tiene que significar que seas debil.

- No me considero una persona debil precisamente.

- Y aun asi vienes a mi en busca de fortaleza.

- Solo es que me pregunto si todo lo que he hecho a lo largo de los ultimos veinte años ha estado bien o solo me he engañado a mi mismo. Nadie cree que haya asesinado a esa gente por una buena causa. Todo el mundo me considera un simple asesino a sueldo, incluso las pocas personas que puedo considerar amigos.

- No es la primera vez que mantenemos esta conversacion. Las personas que mataste vivian como dioses tenian tanto poder que la justicia no podia tocarla o bien habian hecho daño a gente o ambas cosas. Te toco ser un alma vengadora lo que no significa que estes por encima del bien o del mal o que no tengas conciencia, elegiste una vida dura y tienes que pagar por ello. ¿Has vuelto al trabajo?

- Muy a mi pesar. Cuando parecia que por fin habia conseguido pasar pagina el destino me ha jugado una mala pasada.

- ¿Como te sientes?

- Fatal por un lado y como si hubiera vuelto a casa tras un largo viaje por otro.

- Que eso no te averguence. Si crees estar haciendo lo correcto no debes temer por nada.¿Estas ayudando a alguien necesitado o quitando de en medio a alguien peligroso?

- Algo parecido.

- Entonces hazlo. Cambiando de tema, ¿Te vas a quedar al concierto?

- No puedo, debo estar en otro lugar en media hora.

- Entiendo.

- Muchas gracias por todo.

- De nada, procura estar vivo para mi proximo disco, va ha ser expectacular.

- Dalo por hecho, No me lo perderia por nada del mundo.


Sali del local y conduci rapidamente hacia el puerto, Le chic era una persona muy cripticapero nuestra conversacion habia conseguido darme fuerzas y determinacion para acabar con todo este asunto.

Me escondi entre unas cajas y espere a que llegaran los invitados. Los primeros en aparecer fueron el trio de drogadictos. Eran unos tipos esqueleticos con pinta de vagabundos que no hacian nada mas que mirar a todos lados, parecia que les fuera adar un ataque al corazon en cualquier momento. Uno de ellos agarraba fuertemente un maletin de piel negro donde supuse que estaba la llave. A las doce en punto se oyo acercarse un coche, era Vicenzo. Aparco al lado de los otros y cinco hombres armados con metralletas, entre ellos mis viejos amigos del callejon, y el propio Vicenzo bajaron de el. Se saludaron cortesmente y empezaron a hablar. Uno de los guardaespaldas saco otro maletin y se lo acerco a los drogadictos que le pidieron que lo abriera. Dentro habia pasta como para comprarse una pequeña isla en el caribe. 

Era el momento de actuar. Trague saliva y sali de entre las sombras.

- Buenas noches caballeros – Les dije mientras me acercaba, los yonquis abrieron los ojos como si estuvieran viendo al mismisimo diablo, Naranjito habia hecho un buen trabajo – Hace una temperatura estupenda para el arte del trapicheo.

- Señor Siete – Me respondio Vicenzo frunciendo el ceño – Que desagradable sorpresa. ¿Que esta haciendo aquí?

- Vengo a llevarme la llave – Descubri la mano donde llevaba a Sargonnas y las dos partes se pusieron de acuerdo para apuntarme – No to el ambiente un poco tenso...

- ¡Esta loco si cree que puede robarme! No saldra de aquí con vida.

- No es la primera persona que me lo dice y sabe una cosa, todavia estoy esperando al primero que cumpla esa promesa.

- Su labia no le servira de mucho en estas circustancias.

- Mi labia no, pero quiza esto si.  

De repente un barril lleno de gasolina exploto cerca del coche. Todo el mundo echo a correr hacia lugares seguros mientras disparaban a cualquier cosa que se moviera. Me escondi detras de un enorme cajon y me encendi un cigarro mientras oia volar mas barriles. La situacion era caotica, justo como habia planeado.

- ¡Que ilusos! - Le dije riendome a Joe, que estaba haciendome las veces de francotirador, por el intercomunicador – Se han creido que venia solo.

- ¡Peor para ellos!

- Lo de los barriles ha sido muy buena idea, un momentito... - Uno de los drogadictos se me acerco por la derecha para sorprenderme, pero la sorpresa se la llevo el en forma de plomo – Ya esta ¿Ves el maletin?

- Acabo de cargarme al que lo llevaba, lo tienes a veinte metros a tu izquierda, ve a por el.

- No creo que sea el mejor momento.

- ¡No me seas cobarde! - El sonido ambiente era parecido al de una batalla de la guerra mundial - Yo te cubro.

- Vale, voy a por ella.

Sali corriendo lo mas rapido que pude entre los disparos hacia el maletin, las balas silbaban cada vez mas cerca de mi y juraria que una de ellas me rozo el pelo, agarre el maletin y salte detras de unos contenedores. Estaba exhausto, lo que aprovecho uno de los guardaespaldas para golpearme por la espalda. Me di agilmente la vuelta y pinte un cuadro abstracto en la pared con sus sesos.

- ¿No me estabas cubriendo? - Le grite casi sin aliento a Joe – ¡Un poco mas y me matan!

- Ese se me habia escapado, de todas formas era el ultimo, solo queda el viejo como querias.


En eso tenia razon, ya no se oia nada. Sali y me encontre a Vicenzo de pie cerca de su coche.

- ¡Estupido! - Me intento gritar – Esos inutiles eran los unicos que conocian la combinacion del maletin.

- Ya lo sabia – La verdad es que no habia caido en ese detalle – Lo tengo todo atado – Las sirenas de la policia empezaron a sonar en la lejania – Creo que va siendo hora de irse.

- Esto no quedara asi.

- Esto no quedara asi, no saldras vivo de aquí... Cuando se enfada no hace otra cosa que tirar de topicos de malo de pelicula. Arrivederci signore Vicenzo.


Volvi a adentrame en las sombras mientras el anciano me seguia mirando con una mezcla de odio e incredulidad. Cuando estaba fuera de su vista corri un par de calles hasta mi moto.

- Joe, querido amigo ¿Nos vemos en una hora en mi casa en persona? Estoy harto del cacharro este.

- ¡Que corra el alcohol! Esto hay que celebrarlo, estaba casi seguro de que te iban a matar.

- Y que lo digas, ni en mis mejores sueños habia llegado a pensar que esto saldria bien.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Capitulo 10: Nuevos amigos

Me vesti y mientras me dirigia rapidamente hacia la puerta la Dama me llamo.

- Voy contigo.

- Tampoco es que pueda impedirtelo – Le dije mientras giraba el pomo – Ademas, asi puede que por fin me cuentes todo lo que te has estado callando desde que empezo esto.


Cogimos un taxi hasta el lugar donde habia aparcado mi moto y en ella fuimos hasta el club. Naranjito estaba esperando. Pedi tres bourbons y nos sentamos en un rincon apartado.

- Bien chiquitin – Le dije sacando el tabaco - ¿Que has averiguado?

- Se como entro el Buzon en la mansion Dickinson y como robo la llave.

- ¿Por la puerta? - Dama me miro con gesto de desaprobacion por mi actitud. Encogi los hombros y lo deje continuar.

- A pesar de que gracias a la basura Willian Dickinson se ha hecho multimillonario, su familia lleva generaciones siendo una de las mas ricas de la ciudad. Pues veras, la gente encargada del mantenimiento de la finca y la mansion eran los padres del Buzon, paso su infancia recorriendo los jardines y los pasillos de la casa.

- Sabia como entrar y coger la llave sin ser visto pero no mantener la boca cerrada.

- Asi es, se jacto por todos los bares de su hazaña y acabaron por darle billete. ¿Como sabias que lo mataron por bocazas?

- Le llamaban el Buzon...

- Tambien es verdad

- ¿Quien lo mato?

- Unos drogadictos de tercera que creian que podian hacer el negocio de su vida – Esa era la razon por la que no era capaz de descubrir quien tenia la llave, esos tipos no entraban en la ecuacion – Se han movido por ahi sin esconderse mucho esperando encontrar un comprador.

- ¿Lo han encontrado? - Pregunto la Dama con un tono nervioso - ¿Tienen al comprador?

- Si.

- Me apuesto mi vieja colección de vinilos a que el comprador es un viejecito italiano laringectomizado – Los dos me miraron sorprendidos – He leido muchas novelas de Conan Doyle.

- Vicenzo y los drogadictos se reuniran mañana a medianoche en el puerto para realizar el intercambio.

- ¿Que vamos a hacer, Jack? - Dijo la Dama con cierta tristeza – Si consigue la llave no habra manera de arrebatarsela.

- Tranquila – Le respondi mientras apuraba mi vaso – La transaccion sera un absoluto fracaso.

- ¿No estaras pensando en presentarte alli?

- Si.

- ¿Y robar la llave?

- Si.

- ¿Delante de las narices de los hombres de Vicenzo y de los otros?

- Si.

- Estas loco.

- Sera tan facil como quitarle un caramelo a un niño, de noventa años pero niño al fin y al cabo.

- Conseguiras que te maten – Suspiro Naranjito mientras pedia otra ronda – En cuanto asomes la cabeza te la volaran.

- Probablemente – Gire la cabeza y mire fijamente a la Dama – Pero antes de hacerlo necesito saber un pequeño detalle ¿Que abre esa llave?

- Esperaba que lo descubrieras por ti mismo – Vacilo por unos instantes – Abre una caja fuerte escondida en un antiguo castillo perteneciente a una milenaria y extinta logia masonica – El cigarrillo se me cayo de la boca – Se cuenta que dentro hay bonos del estado y lingotes de oro por valor de varios miles de millones, pero no se sabe a ciencia cierta cuanto de todo lo que te he contado es cierto y cuanto leyenda.

- Como siempre, al final todo se reduce al maldito dinero – Le recrimine mientras intentaba apagarme los pantalones – Sois todos unas sucias hienas sin sentimientos. Escuchame bien porque odio repetirme. Robare la llave, te la dare, tu te callaras esa boquita y te iras solita a buscar el dichoso castillo. Con un poco de suerte esa logia existira todavia, te torturaran de cientos de maneras a cada cual mas dolorosa y finalmente te mataran y no tendre que volver a saber de ti nunca mas.

- De acuerdo, señor Siete – Me respondio con los ojos vidriosos y los labios apretados – Estaremos en contacto.

Y se marcho. La verdad es que para ser una mujer a la que le gusta es sadomasoquismo era bastante sensible.

- ¿No has sido un poco duro con ella?

- Ya sabes que no aguanto a la gente capaz de matar por dinero.

- Le dijo la sarten al mango... - Lo mire y agacho cobardemente la cabeza – Lo siento.

- Tengo un monton de cosas que hacer antes de asistir a la reunion del puerto ¿Sabes el lugar exacto?

- La nave noventa y siete. ¿Quieres que te eche una mano?

- Hay algo que puedes hacer por mi. Busca a esos tipejos por los bares, sientate a su lado y cuenta alguna historia exagerada sobre mi.

- ¿Como de exagerada?

- Quiero que cuando me vean aparecer salgan huyendo con un peso extra en los pantalones.

- Entendido, cuidate.

- Seguro, adios.  


Tenia menos de veinticuatro horas para trazar un plan que no terminase con Iceman poniendo mis organos en una balanza. Poco tiempo, pero aun asi decidi pasarme por el hospital a ver como estaba Angel. Cuando llegue a su habitacion estaba vacia. El doctor me dijo que habia pedido el alta voluntaria y me dio una carta que dejo para mi.

“Queridisimo Jack, antes de nada quiero pedirte disculpas por lo de los encapuchados y por no despedirme de ti en persona, pero es que seria muy duro para mi ahora mismo mirarte a los ojos y decirte todo esto. Cuando leas esta carta ya habre acabado lo que vine a hacer a la ciudad y estare muy lejos de aquí. Supongo que seguiras con la tonta idea de retirarte al bar y a su comodo anonimato asi que seguramente no nos volveremos a ver jamas. Que no te remuerda la conciencia todo esto al fin y al cabo somos espiritus libres que no han hecho otra cosa que destrozarse el corazon durante años. Te debo cuatro besos, siete abrazos y una disparo.
Siempre tuya en la lejania: Angel”


Me guarde la carta en el bolsillo de la camisa y sali del edificio. Pensar que quiza no volveria a verla hacia que se me anudara el estomago, pero no tenia mas remedio que rehacerme y concentrame. Ya tendria tiempo de llorar, si sobrevivia.

Nota del Autor (1)

Hola querido lector, parafraseando a los Monthy Pyton soy esa vocecilla que escucha dentro de su cabeza, solo escribo estas lineas para pedir disculpas por la ausencia de publicaciones desde hace casi dos semanas y es que debido a problemas de salud me ha sido imposible proseguir con este proyecto. Sin mas dilacion proseguiremos ya con el ritmo normal de capitulos.

jueves, 12 de febrero de 2009

Capitulo 9: Viejos enemigos

Gire lentamente la cabeza y lo vi apuntandome al corazon desde la puerta. Era, sin duda, el “Basurero”. Ni en mis peores pesadillas habia imaginado que me veria cara a cara de nuevo con el.

- Tira tu preciada pistola, Jack – Me tenia donde queria pero aun asi me resisti a acatar su orden - ¡Vamos! No estoy para perder el tiempo.

Mientras estaba observando mi mano derecha soltar a Sargonnas le arroje un candelabro con la izquierda que golpeo en su brazo e hizo caer su pistola dandome el tiempo necesario para arrojarme sobre el – Ventajas de ser ambidiestro - Le afirme dandole un puñetazo en el estomago. Se escabullo de una patada y empezo a usarme de saco de arena humano. Parecia que el tiempo no habia pasado para el bastardo. Tenia una forma fisica envidiable y sus movimientos seguian siendo rapidos y elegantes, si huniera que definirle con una sola palabra esa seria letal. Por algo era el asesino a sueldo mejor pagado del gremio. Despues de hacerme pure el cerebro me apreso la cabeza con su antebrazo para asfixiarme. Yo no seria tan gracil y perfecto como el, pero si habia sobrevivido a nuestros anteriores encuentros no era precisamente por casualidad, sino por mi total ausencia de honradez en los combates, asi que mordi su pecho como si fuera un bistec recien hecho. El Basurero me daba codazos en los riñones mientras me apretaba el cuello y gritaba que le soltara. De un empujon me tiro encima del piano. Me levante y escupi el pedazo sanguinolento de mi enemigo.

- Es curioso – Le dije limpiandome la boca – Eres un cerdo pero sabes a pollo.

- Eres nuestra vergüenza, lo eras antes y lo sigues siendo ahora.

- Hay cosas que nunca cambian – Necesitaba que siguiera hablando mientras intentaba centrar la vista y colocarme los organos en su sitio despues de la paliza - ¿Que haces aquí?

- Es un trabajo indigno de mi categoria, pero cuando me entere que estabas implicado no lo dude un segundo. Nunca sere considerado el numero uno hasta que acabe definitivamente contigo.

- No deberias mezclar trabajo y asuntos personales.

- ¿Tu te atreves a darme consejos al respecto?¿El que solo aceptaba trabajos si el objetivo era un narcotraficante o algo parecido? Tu falsa etica solo servia para engañarte y poder dormir tranquilo, pero la realidad es que eras un asesino como todos nosotros.

- Me da igual lo que pienses. Hice bastante bien al mundo sacando de la circulacion a toda esa gente.

- ¿Como a aquella niñita francesa? - Sonrio picaramente sabiendo que estaba metiendo el dedo en la llaga -Sinceramente creo que aquel tipo no le hubiera disparado si no hubieras estado apuntandole. Por eso desapareciste, tiene que ser duro ver como todo tu mundo de ideales y buenas acciones se pierde en unos inocentes y vacios ojos verdes ¿Cuantos añitos tenis la zorrilla, diez?

No iba a caer en la provocacion aunque estuviera deseando cortarle el cuello. Habia conseguido el tiempo que precisaba. Salte hacia Sargonnas, la empuñe y dispàre a una lampara de araña que cayo estrepitosamente cerca del Basurero. Aprovechando la confusion cogi a la Dama, silla incluida, y nos lanzamos por la ventana para caer en el jardin de trasero de la casa. La desate y me la carge al hombro para huir a un lugar seguro fuera de alli. Desde la ventana el nos miraba con una media sonrisa, era un tipo profesional y en su estado iria a lamerse las heridas para estar en optimas condiciones para nuestro proximo encuentro. Cai exhausto una manzana despues, Dama se encendio un cigarrillo, se arreglo el pelo y levanto levemente la mano para detener un taxi al que subimos rapidamente. Dio la direccion de mi apartamento y empezo a silbar una cancioncilla mientras miraba por la ventana.

- De nada – Le recrimine jadeante con la cabeza hacia atrás y los dedos presionandome la nariz – Es mi trabajo.

- ¿Gracias por que? ¿Por caer en una trampa que se veia a kilometros? ¿Por tirarme por una ventana?

- ¿Por salvarle la vida? - Solto una leve carcajada y me miro por encima de las gafas de sol - ¿Que pasa?

- No iban a matarme. A mi maridito le gusta jugar a los hampones pero cuando las apuestas suben corre a esconderse en las faldas de su mama. Contrato a ese tipo solo porque sabia que intentaria matarle, le tiene mucho miedo, señor siete.

- Suelo suscitar ese sentimiento.

- Usted origina muchas emociones distintas en las personas. - El coche paro en mi portal – Vamos, le ayudare a subir – Me agarre a su cintura y subimos lentamente las escaleras, abri a duras penas la puerta y me tumbe agotado en el sofa – Su casa refleja perfectamente su espiritu.

- ¿Lo dice por el poster de Planeta Prohibido o por los trozos de pizza rancia en la mesa?

- Por ambas cosas. ¿Tiene alcohol y vendas?

- Las vendas estan en el cuarto de baño y el alcohol en el mini-bar – Me miro extrañada, sonrio y trajo el botiquin y una botella de bourbon. - ¿Es usted enfermera?

- Soy la mayor de cinco hermanos hiperactivos – Me quito la camisa y me paso la mano suavemente por la espalda – Tiene una colección increible de cicatrices.

- Yo tambien fui una persona nerviosa en mi juventud

- Entonces, ¿Todas las historias que se escuchan en los bares sobre usted son ciertas?

- La mayoria supongo que no.

- Le he estado observando todoe ste tiempo para intentar descubrir si era realmente el mitico Jack Setson, y no estaba segura al cien por cien hasta que le vi entrar en la sala de musica y pelear con ese asesino, verle escupir ese pedazo de carne humana y su cara ensangrentada fue tan primitivo, tan feroz.

- Lo que seguro que no fue es muy agradable.

- A mi me resulto impactante, muy sensual... - No se por que, desde que la vi supuse que era un poco rarita - ¡Hagamos el amor salvajemente! - Se subio encima mia y empezo a morderme el cuello, la verdad es que hubiera preferido dormir “salvajemente” un par de semanas, pero estaba tan cansado que no tenia fuerzas para resistirme. Afortunadamente, el movil sono evitandome la violacion y varias sesiones con mi psicoanalista. Descolge el telefono, era Naranjito.

- Hola siete ¿Estas ocupado?

- Tenia un par de asuntos entre manos, pero pueden esperar ¿Que quieres?

- Me sentia muy mal por haberte seguido asi que para resarcirme he estado preguntando por ahi y he conseguido averiguar un par de cosas que puede que te interesen.

- ¿Que cosas?

- Creo que se como consiguio el Buzon la llave y donde esta.

- Nos vemos en la “Blanca doble?

- ¿Cuando?

- Ya.

lunes, 9 de febrero de 2009

Capitulo 8: Perecer

Llegue a mi apartamento poco despues de hablar con el Porrete. Nada de lo que estaba pasando tenia sentido asi que habria que buscarselo. Esa maldita llave tenia muchos pretendientes y por ahora sabia que ni la Dama ni el italiano la tenian, lo que daba a entender que el señor Dickinson podia haberse llevado el gato al agua. Pero si ya la tenia ¿Por que intentar matar a Angel? ¿Y quien asesino al Buzon? Los sicarios de Vicenzo lo encontraron muerto y mi “amiguita” le metio la moneda en la boca para confundirme. Y lo mas inquietante ¿Que razon tuvo la Dama para contratar a un mediocre como ese y como se las ingenio para conseguir robar la llave siendo un borrachon que no sabia ni llegar a su casa?. Demasiadas preguntas sin respuesta. Porrete me la habia jugado en el pasado, pero no tenia mas remedio que fiarme esta vez de el.

Dormi un poco y cuando desperte me dispuse a informarme sobre el futuro alcalde. Mi aspecto ya no tenia mucho sentido asi que me afeite, me cepille el pelo y me lo recogi. Me puse la camisa que me regalo Angel en nuestro reencuentro por si en algun momento flaqueaba, recordara por que estaba haciendo esto y sali a la calle.

Estuve una semana siguiendo a Dickinson de acto en acto por toda la ciudad hasta que por fin vi una oportunidad. Se disponia a entrar solo en un edificio, tendria que colarme, hablar con el y salir en menos de tres minutos; No era imposible. Me prepare, el corazon bombeaba adrenalina por todo mi cuerpo, un fallo y los guardaespalda me harian picadillo – No te lo pienses mas – Me dije, era el momento, di un paso y alguien me cogio por el hombro. Gire rapidamente metiendo mi mano en la chaqueta.

- ¡Hola Siete! - Era el pianista, sople y disimule sacando el paquete de tabaco

- ¿Que haces por aquí?

- Dando una vuelta

- Eso esta muy bien – Saco varios vinilos de una bolsa – Yo he ido a comprar esto, son “Ella at Duke's Place” y “Newport Jazz Festival: Live at Carnegie Hall” de Ella Fitzgerald. Me estoy trabajando unas versiones bastante originales, si quieres nos tomamos unas cervezas y te lo explico.

- Lo siento, pero estoy esperando a una persona. Quiza otro dia.

- De acuerdo ¡Nos vemos!


Cuando volvi a mirar Dickinson se habia largado y yo habia tirado el trabajo de toda la semana. De pronto una limusina se detuvo a mi lado. La ventanilla se bajo y aparecio la cara de mi objetivo.

- Suba, señor Setson.

- Lo siento, Le respondi poniendome las gafas de sol – He dejado la moto mal aparcada.

- Creo que podre ocuparme de la multa, ademas no es una invitacion.

- Si me lo expone asi... - Entre en el coche – Bonita limusina ¿Estos tipos de negro venian de serie?

- Son mis hombres de confianza, no se preocupe por ellos.

- Parecen mas bien los chicos de los recados.

- Conozco sus metodos, no va a conseguir enervarme.

- ¿Entonces no le pregunto por su esposa?

Apreto el puño disimuladamente y una vena empezo a florecer en su despejada frente

- No tengo nada que decir de esa zorra adultera – Los insultos son siempre una buena fuente de informacion – Solo quiero que se olvide de todo este asunto.

- Eso va ha ser imposible, su mujer amenaza con descubrir mi identidad y creame, hay mucha gente que quiere tener mis pelotas colgadas encima de la chimenea – Mire afuera de reojo, nos estabamos alejando de la ciudad – De todas formas no se por que se preocupa, todo indica que la llave la tiene usted.

- Ojala fuera cierto, esa llave pertenece a mi familia desde hace generaciones. Su jefa se caso conmigo solo para conseguirla.

- Amor a primera vista... Dama es una mujer muy viva.

- Eso esta a punto de cambiar – Los dos tipos sacaron sus armas y la limusina paro en seco – Hasta aquí nuestro viaje, bajese por favor. - Sali del coche – Procure no molestar y no sera molestado, le puedo conseguir un billete lejos de aquí y una nueva identidad si se porta bien.

La ventanilla se cerro y se alejaron rapidamente.

La situacion era bastante peliaguda, estaba en medio de la nada y no parecia que por aquella carretera secundaria pasara mucha gente. Si no conseguia volver pronto la Dama se iba a convertir en la mas siliconada del cementerio y por mucho que eso acabara con mis problemas no podia dejar que ocurriese. Vi un destartalado camion acercarse en la lejania, me plante en medio de la calzada rezando para que el conductor me viera. Paro el vehiculo y rapidamente trepe hasta la puerta y sin mediar palabra lo saque de la cabina de un empujon. Pise a fondo el trasto mientras el tipo se acordaba de mi familia con adjetivos que harian sonrojar a un bucanero.

Ahora solo debia averiguar donde residia la señorita, cogi el movil y llame a su numero, pero estaba apagado, mi unca opcion era contactar con Naranjito. Marque el numero de informacion mientras derrapaba por el arcen del camino de cabras por el que estaba conduciendo.

- Bienvenido a informacion, en breves instantes atenderemos su llamada – Perfecto, pense. Tras un par de allegros de Vivaldi una voz acompañada por un mascar de chicle se oyo al otro lado. - Buenas tardes, me llamo Carla ¿en que puedo ayudarle?

- Necesito un numero de telefono
- Como todos ¿El nombre del titular?

Una ranchera venia de frente hacia mi, en el ultimo momento logre esquivarla para vermelas de bruces con un motorista despistado que tuvo que salirse por el campo – ¡Joder! - Exclame mientras intentaba no estamparme contra un arbol. Puede que la situacion fuera un poco tensa.

- Ese no es un nombre de titular valido...

- ¡No estoy para bromas! - Vi una entrada a la autovia que llevaba a la ciudad, gire violentamente el volante y entre... por el lado contrario. Lo coches me esquivaban como podian, si no me mataban ellos, Carla lo iba a conseguir con se condescendencia. - John Biscuit, Calle 45. Por favor dese prisa.

- Le noto un poco nervioso, ¿Quiere que le pase con mi supervisor?

- ¡Quiero el puñetero numero de telefono!

- Un momento.

- ¡No, espera! No me pongas en es... - Vivaldi volvio a sonar y tuve la tentacion de tirar el telefono por la ventana, ir al edificio de informacion y asfixiar a la chica con su propio chicle.

- Ya lo tengo, ¿Quiere que le pase la llamada directamente?

- Por favor.

- Muchas gracias por usar el servicio de informacion telefonica.

Despues de un par de tonos se oyo la voz ronca de Naranjito.

- ¿Diga?

- Soy Siete.

- Hola Siete, ¿Que es todo ese jaleo de sirenas y pitos?

- Mejor no te lo digo – Con un contravolante consegui no volcar encima de un autobus de escolares – Necesito la direccion de la Dama de Hierro.

- ¿Que te hace pensar que yo la se?

- ¡No me vengas ahora con esas! Llevas siguiendome e informandola de lo que hago desde que empezo esto.

- Vale, es verdad, pero si lo hice no fue para traicionarte, sino para ayudarte si te metias en lios, estas muy viejo y me preocupabas.

- Eso ahora da igual, o me dices donde vive o nos vamos a quedar sin jefa.

- Avenida de los Heroes 3, es una casa de dos plantas.

- Ok, ya hablaremos luego, angel de la guarda...

La direccion no me pillaba lejos A estas alturas tenia a medio departamento de policia tras de mi, a un par de calles de mi objetivo salte del camion y deje que se estrellase contra un edificio en ruinas, eso los mantendria ocupados mientras me escaqueaba por los callejones.

Cuando llegue a la casa la puerta estaba abierta, todo se hallaba en silencio. Saque a Sargonnas y subi lentamente al piso superior. Entre en una especie de sala de musica blanca con grandes ventanales y un piano de cola en medio. La Dama se encontraba amordazada y atada a una silla, sus ojos reflejaban un miedo atroz. En el momento que me dispuse a desartala oi el gatillo de un arma amartillarse detras mia.

- El bueno de Jack, … siempre tan predecible, ¿No podias dejar que la matase y olvidarte de todo? Como te dije hace mucho tiempo, tu etica acabara contigo.

Un sudor frio recorrio mi espalda, reconocia esa voz, pero no podia ser posible.

- No puedes ser tu, estas muerto, yo mismo te mate en Marsella.

- Bueno, no eres el unico que puede volver de la tumba, pero tranquilo, esta vez nuestros encuentros se acabaran de una vez por todas.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Capitulo 7: Renacer

Me dolia todo el cuerpo pero no iba a detenerme por nimiedades. Angel tenia razon, el caso se estaba poniendo serio mientras yo me resistia a volver a las andadas, estuvo a punto de palmarla y no iba a permitir que nadie mas muriera por mi culpa, tuviese o no relacion con la llave esos bastardos encapuchados se iban a arrepentir.

Mi primera parada fue en el extrarradio, incrustado entre unas naves industriales se hallaba “El furgon de Joe”, la tienda de un viejo compañero. Joe, apesar de su aspecto de motorista en busca de bronca y su falta de higiene era quiza la unica persona en el mundo en la que confiaba. Regentaba desde hacia años una armeria cuyo nombre homenajeaba sus inicios en el negocio. No me resultaba comodo recurrir a el, pero tenia algo de mi propiedad que la noche anterior habia echado en falta. Entre y cuando me miro empezo a sonreir y a negar con la cabeza.

- ¡Jota, viejo bastardo! Sabia que volverias tarde o temprano.

- Por lo menos ha sido mas bien tarde.

- Uno no puede negar lo que es, un lobo sera siempre un lobo – Aparte de su desmedida capacidad para la epica era aficionado a la filosofia “transcendental” de los libros baratos de autoayuda . - ¿Vienes a por tu niña? ¿La que juraste no volver a coger en el resto de tu vida?

- Si.

- Pasa a mi despacho – Entramos en la trastienda, se agacho y levanto una loseta del suelo – Si por mi fuera la hubiera colocado en un expositor pero en un par de horas hubiera acabado en la carcel o muerto, asi que decidi esconderla en un lugar seguro – Saco una caja metalica, le soplo el polvo y la abrio – aquí la tienes; Sargonnas, la mitica, la infalible.

- Es solo una pistola, no hay que ponerse con el rollo juglar.

- Es una Colt Python 357 calibre Magnum cromada con la empuñadura roja personalizada, es unica y lo mas importante, es tuya. - Sentia como me llamaba, como un canto de sirena, habiamos estado separados durante demasiado tiempo, durante un instante vacile en cogerla, este era el momento que habia temido desde que la Dama entro en mi bar, el punto de no retorno. Respire hondo y la saque de su merecido descanso – Que el mundo tiemble, Jack Setson ha vuelto,Abra el infierno sus puertas para acoger a los desdichados que se crucen en su camino. - La guarde y encendi un cigarrillo - ¿Necesitas algo mas?

- Algo que asuste.

- Tengo unas recortadas “excedentes” de la patrulla antidisturbios.

- Supongo que valdra.

- ¿Quieres un chaleco antibalas? Tengo unos muy baratos de segunda mano – Lo mire extrañado – Estan casi nuevos...

- Creo que paso, ya nos veremos.

- Jack – me dijo mientras me marchaba – Si necesitas ayuda solo tienes que llamarme.

- ¿Como en los viejos tiempos?

- Como en los viejos tiempos. Ten cuidado.

- Ya me conoces, adios.

Sali del extrarradio y me dirigi al “Chocolate verde”, nido de sucias ratas alcoholicas y del “Porrete”, la mas grande y mejor informada de la zona. Nada mas entrar vi su famelico cuerpo al lado de la mesa de billar. Le golpee los riñones con un taco y lo hice inaugurar una nueva salida de emergencia donde antes habia una ventana. Toda la escoria que se encontraba en el local se encaminaron hacia mi con no muy buenas intenciones, pero una de las mejores cualidades de Sargonnas era paralizar a la gente a mi alrededor, aunque tambien existia un problema, tras exibirla mi anonimato que tanto habia cuidado los ultimos ocho años se habia evaporado. En menos de una hora toda la ciudad sabria que habia vuelto de la tumba.

Agarre a “porrete” y lo arrastre hasta el callejon mas proximo.

- ¡Jack, estas vivo! ¡Que alegria!

- Deja el peloteo para quien lo necesite – Aferre mi mano a su cuello y lo aprete contra la pared - ¿Recuerdas a Angel?

- ¿La morena con buen culo? - Aprete un poco mas - ¡Si, si, me acuerdo de ella!

- Alguien ha intentado matarla ¿Sabes algo?

- No – Pense que un rodillazo en el estomago le refrescaria la memoria. No me equivoque. - Espera, se me ocurren un par de nombres, no es muy querida por aquí precisamente.

- Si quieres conservar los pocos dientes que te quedan te sugiero que seas mas respetuoso con la señorita y que esos nombres sean buenos.

El sudor le caia a borbotones por la frente, la verdad es que no creo que el pobre diablo se atreviera ni siquiera a plantearse la posibilidad de mentirme.

- Uno es un italiano viejo metido en muchos asuntos feos, Vicenzo se llama.

- Estas muy desactualizado.- Movi la cabeza con gesto de desaprobacion - No te lo estas currando nada. ¿Recuerdas tu infancia?

- ¿Que?

- Dicen que toda tu vida pasa por delante de tus ojos cuando vas a morir – Saque la recortada y le encañone el cuello, a estas alturas ya estaba llorando como el cobarde que era – Ultima oportunidad.

- ¡El señor Dickinson!

- ¿El candidato a alcalde? No me lo trago, según he oido, es el tipo mas recto y honorable de todo este lugar. Mala suerte, acabas de respirar por ultima vez, di adios.

- ¡Es verdad! ¿Como crees que se paga la campaña? ¿Con la basura?

- ¿Basura? - Le respondi sorprendido mientras lo soltaba, (Maldita seas Angel, tu y tu propension a los acertijos)

- Dickinson dirige la primera empresa a nivel nacional de reciclaje de residuos. Espera un momento – Se puso a rebuscar entre un monton de periodicos viejos que habia en un contenedor – Ves, en este diario viene si biografia.

Lo pille con cierto asco por una esquina con la punta de los dedos y lo ojee. No acababa de creermelo del todo aunque la historia coincidia, no hasta que vi en una foto de un acto de campaña a su esposa, una pelirroja muy familiar.

sábado, 31 de enero de 2009

Capitulo 6: Un futuro que recordar

Mientras me encaminaba al apartamento de Angel repasaba mentalmente lo ocurrido en los ultimos dias y la gente tan peculiar que habia conocido. Para ser sincero ese objeto tenia que ser muy valioso para atraer la atencion de tantas personas, aunque fuera lo que fuese mi unico objetivo en todo esto era entregarselo a la Dama de Hierro y mantener, en la medida de lo posible, mi ya de por si maltrecho anonimato. Tenia dos objetivos muy claros para esta visita, el primero era aprovechar el factor sorpresa para sacar toda la informacion posible y el segundo que no me hechizara con esos ojos manteniendo las distancias. - Sube cariño, te estaba esperando – Me respondio cuando llame a su porterillo; Mi primer objetivo se habia ido a paseo.

Cuando entre me estaba esperando en el salon con su kimono y dos copas de bourbon. La iluminacion de las velas aromaticas impregnaba el ambiente con una calida sensacion de paz, era casi como si el tiempo entre esas cuatro paredes se hubiera detenido para darme un merecido respiro.


- Sientate y dime que te trae por aquí.

- Sabes perfectamente a lo que vengo – Le conteste indignado – Me engañaste, probablemente porque eso te venia bien para buscar el maldito objeto que me esta dando tantos quebraderos de cabeza: Estas metida hasta el cuello en esto.

- Vale, quiza tengas razon en todo pero ya me conoces, soy muy traviesa.

- ¿Para quien trabajas?

- Si te lo dijera tendria que matarte, y los dos sabemos que te pones de un insoportable cuando lo intento...

- Todos tenemos nuestras manias. Te voy a hablar sinceramente

- Seria la primera vez – Me reprocho con gesto enfadado – Habla.

- Lo unico que necesito es entregar esa cosa a mi jefa, luego me desentendere de todo y volvere a mi bar.

- Me rompes el corazon – Dijo mientras hacia pucheros con las manos en el pecho – Otra vez. Aun asi te ayudare solo porque me divierte observarte. Esto para ti debe ser como volver a aprender a montar en bicicleta.

- Montar en bici no se olvida, sin embargo todo esto me ha llevado años desterrarlo de mi mente. Dime que estamos buscando.

- Una llave – La mire sorprendido – Una simple e insignificante llave.

- ¿Y que abre exactamente?

- Eso entra dentro de la materia de las leyendas y tendras que bucear mucho por la basura para averiguarlo.

- Nada de juegos, ¡Necesito una respuesta!

- Como ya te he dicho para hallarla tendras que ensuciarte las manos – Resople con desgana – Eras el mejor y ya tendrias esa llave si no tuvieras tanto miedo de tu pasado. Todos hemos cometido errores.

- A diferencia de ti, a mi si me importan los que cometi. Esto no es un divertimento, esta muriendo gente mientras tu te haces la “femme fatale”.

- ¿No lo echas de menos aunque solo sea un poco? La aventura, la adrenalina recorriendo tu cuerpo, el no saber que ocurrira mañana.

- Ni por un segundo.

- Y esto – Se levanto y dejo caer su kimono al suelo acercandose para decirme algo al oido - ¿Tampoco lo echas de menos?

Ese fue el momento en el que se derrumbo el segundo objetivo.

El desagradable sonido del movil me desperto un par de horas despues.

- Hola Dama.

- ¿Como va la investigacion?

- Adelante, pero hay mucha gente detras de esa llave.

- Veo que en verdad la cosa avanza. No es usted tan inutil como parece a priori.

- Gracias, es un consuelo.

- ¿Hay algo que pueda hacer para acelerar la busqueda?

- Podria decirle a Naranjito que dejara de seguirme, yo le puedo informar de mis actos sin intermediarios.

- Parece que nunca dejara de sorprenderme señor siete. Adios.

Angel continuaba dormida, toque su suave piel, la luz de la luna que entraba por la ventana le daba un aspecto etereo, como si fuera el ser al que le tomo prestado el nombre. Nunca comprendere del todo que le hizo meterse en este mundo o por que no mandabamos todo al infierno para disfrutar de una vida normal lejos de aquí. Ese futuro habia sido mi sueño durante muchos años.

- ¿Tu maldita jefa no sabe mirar la hora? - Pero como todos los buenos sueños no duran y te despiertas de golpe... - ¿La has investigado?

- Nadie sabe mucho de ella.

- Si le hubieras observado algo mas que el escote te habrias dado cuenta de la señal tan fea que le dejo los rayos UVA en el dedo anular.

El telefono sono otra vez.

- ¿Dama?

- Se me habia olvidado decirte algo, sal de ahi lo mas rapido que puedas.

Salte de la cama mientras un golpe seco se oia en la entrada. Angel me miraba como una niña asustada, sabia que en ese lugar estabamos vendidos. Al acercarme a la puerta para atrancarla alguien la tiro abajo violentamente lanzandome contra la pared. No se andaban con delicadezas, dos tipos con porras electricas se cebaron conmigo mientras otro me pisaba el cuello para que no me moviera.Aun en esa incomoda posicion podia verla a ella peleandose con otros cinco tipos. Se quito a uno de en medio rompiendole la lampara de la mesita de noche en la cabeza pero eran demasiados, la derribaron y comenzaron a golpearla, mientras intentaba zafarme desesperadamente de mis agresores su sangre comenzo a salpicar la pared y las sabanas. Cuando dejo de moverse me patearon la cabeza a modo de despedida y se fueron.

Probe a levantarme pero todo esfuerzo era inutil, su cuerpo yacia inmovil mientras su brazo teñido de rojo colgaba por un lado del colchon, me arrastre como pude lentamente por el suelo hasta la cama, su aspecto era bastante preocupante. Mientras le gritaba puse mi cabeza en su pecho temiendo lo peor, gracias al cielo todavia respiraba – Vaya noche mas romantica... - Dijo con un debil hilo de voz. Saque fuerzas y llame a una ambulancia. Despues todo se volvio negro.

Tras pelearme con medio hospital consegui el “alta voluntaria” y busque a su doctor esquivando a los policias que querian hacerme un par de preguntas.

- La paciente presenta imnumerables traumatismos por todo el cuerpo y heridas de arma blanca en torax y extremidades – Me relato con la frialdad mecanica tipica de los medicos de la zona – Aun asi su vida no corre peligro.

- ¿Podria verla?

- Seria mas recomendable que se fuera a dormir hasta mañana.

- Mejor intente descansar usted un rato.

- ¿Por que?

- Esta noche va a tener mucho trabajo y como no este lucido morira mucha gente...

miércoles, 28 de enero de 2009

Capitulo 5: Un pasado del que prescindir

Me pase el dia dando vueltas por mi apartamento esperando a que anocheciera. Volver a la zona oeste no era un plato facil de digerir y el “Terciopelo Azul” era, probablemente, el ultimo sitio de la tierra que deberia pisar. Lo mas sensato seria hacer la maleta y largarme lo mas lejos posible de esta podrida ciudad pero en vez de eso aquí estaba, buscando un tres cuartosque hacia siglos que no me ponia. Fui hacia el espejo para ver si con un poco de maquillaje o algo parecido podia impedir que la mayoria de la gente me reconociera pero repentinamente me di cuenta que no hacia falta; De aquel hombre solo quedaba una desdibujada caricatura, un cascaron de huesos que, siendo realistas, no iba a llegar mucho mas lejos en todo este asunto. - ¡A la mierda! - Dije en voz alta, nunca he sido de los que se acobardan en situaciones adversas y siempre habia tenido claro que no iba a llegar a la jubilacion. No vivo precisamente en un parque de atracciones, un mal golpe de un maton, una bala perdida de un ajuste de cuentas que tiene mas suerte que las demas y te conviertes en una noticia de relleno en la seccion local del periodico. Si habia tenido un problema grave a lo largo de mi existencia era precisamente ese, las cosas que podian matarme eran las que me hacian estar vivo.

Aparque mi moto a un par de manzanas del club para examinar como estaban las cosas, la verdad es que no habian cambiado mucho, los mismos casinos y prostitutas de lujo iluminaban las aceras mientras un puñado de hombres sin escrupulos vivian en un sueño que solo una ingente cantidad de dinero podia conservar intacto.

Por fin llegue a la puerta del que habia sido mi hogar, obviamente no queria llamar la atencion; tendria que colarme por la puerta de atrás si, con mucha suerte, seguia teniendo la misma cerradura. Tal vez mi suerte estuviera cambiando porque con un par de movimientos sigilosos estaba dentro y mi corazon rejuvenecio ocho años de golpe. El “Terciopelo Azul” era el local mas respetado del lugar, un rincon donde poder hablar sin ser escuchado y hacer sin ser visto. Aquí pase los mejores y los peores años de mi vida jugando a ser dios mientras me peleaba con mi angel de la guarda. Me acerque a la barra y divise al “Vikingo”, el jefe de todo aquello, su aspecto era lo mas parecido a un enano mitologico de metro ochenta, un tipo que habia visto de todo en la vida y al que nada le sorprendia ya, o casi nada. Cuando me vio casi se le cae el parche del ojo, hizo una leve señal y antes de un segundo dos tipos me llevaban en volandas con la cabeza agachada hacia el cuarto donde se ” insinuaba” amablemente a los borrachos que no volvieran. La noche no iba del todo mal.

Mientras esperaba una cerveza me rozo la nuca y se estrello violentamente en la pared manchandome la chaqueta. Me seque como pude y me di la vuelta para encontrarme cara a cara con el “Vikingo”.

- ¡Sucio bastardo! - Me grito mientras me abrazaba, respire aliviado – Te iba a invitar a esa birra pero lo que mereces es que te la estampe en tu jodida cabeza ¿Donde te has metido todos estos años?

- Por ahi...

- Pero oi que la habias palmado en el asuntillo de Marsella

- Ese era el plan, y durante un tiempo me ha funcionado a la perfeccion, pero una bruja me ha resucitado y necesito informacion.

- ¿Sobre que?

- Me preguntaba si conocias a alguien que estuviera metido hasta el cuello en el asunto del “Buzon”

- ¿Jack el “Buzon”, el que trabajaba aquí y asesinaron? - Asenti con la cabeza – No hace mucho vino una mujer pelirroja preguntando por el y le di su direccion.

- Por desgracia la conozco. ¿Alguien mas?

- Si, los guardaespaldas de un tal Vicenzo, tres tipos con muy mal carácter

- Supongo que Vicenzo es italiano.

- Un viejo mafioso, se traslado aquí despues de tu supuesta muerte. Es muy peligroso y tiene buenos contactos con los peces gordos, deberias andarte con pies de plomo.

- No te preocupes, ¿Donde puedo encontrarle?

- Suele ir al “Tanga Rosa” a ver a las chicas bailar.

- Entonces ire a hacerle una visita, muchas gracias por todo.

- ¡Jota! - Me dijo mientras me ponia la mano en el hombro – Angel esta en la ciudad, por tu bien mantente alejado de ella.

- Por supuesto...

Sali por donde habia entrado hacia el club de striptease. Lo primero que vi al entrar, aparte de las chicas, fue a mis, ahora dos, viejos amigos sentados alrededor de un octogenario con traje hecho a medida. Supuse que su anciana vejiga no aguantaria mucho tiempo quieta asi que me escondi en los lavabos para poder charlar con el en un ambiente mas privado. Poco despues escuche una tos desagradable y una voz aun mas entrar en el servicio a la vez que le decia a sus gorilas que no dejaran pasar a nadie. Mientras tenia las manos ocupadas, me acerque a el.


- Buenas noches.

- Buenas noches, señor siete – Me contesto mientras se abrochaba la bragueta y hacia un amago de estrecharme la mano – Que sorpresa tan inesperada.

- ¿Le sorprende verme aquí?

- Me sorprende que siga vivo – Dijo sin inmutarse – Pensaba que el que liquido a mi hombre en el almacen tambien se habia encargado de usted.

- ¿No fueron los dos tipos de la puerta?

- Nunca he visto la necesidad de matar a mis propios empleados.

- Estaba seguro de que le dispararon sus compañeros para que no me dijera quien era usted.

- Que me encontrara era inevitable, he oido historias sobre sus “hazañas”. Es un hombre con muchos recursos.

- Gracias. ¿Fuma? - Se señalo una pequeña cicatriz en su garganta, me encendi un pitillo para mi - Interesante, si no liquido a su secuaz tampoco sabra nada sobre el “Buzon” ni un misterioso objeto.

- ¿Que le hace pensar que estoy involucrado en eso?

- Cierta leyenda griega sobre un rio, monedas en la boca y copiones romanos.

- ¿El barquero del lago Estigia?

- Exacto.

- Señor siete, no se si es que habra visto muchas veces “El Padrino” y sus topicos sobre los italianos mafiososo o que no es tan sagaz como me pensaba. No soy un hombre al que le guste hacerse publicidad, La moneda en la boca de ese tipo me señala directamente como autor del crimen, lo que no seria bueno para mi preciado anonimato. Cuando llegaron mis escoltas estaba muerto y no habia ni rastro de lo que fueron a buscar. Si le soy sincero pienso que a alguien le viene muy bien que usted y yo nos entorpezcamos de esta manera para tener via libre en la busqueda del objeto. ¿No se le ocurre nadie?

- Ciertamente no. - Estaba claro que el ancianito no era trigo limpio pero parecia decir la verdad. Me habian engañado, y tenia una ligera sospecha con pelo corto de quien habia sido – De todas formas le estare vigilando Vicenzo.

- Tengo la sana costumbre de dormir tranquilo y no creo que sus vacias amenazas logren cambiar mis habitos.

- Espero que tenga una cosa clara sobre mi, no le tengo miedo a nada ni a nadie.

En ese momento se oyo abrirse la puerta y hui rapidamente por la ventana.

Parecia que habia mucha gente detras del dichosos objeto, o por lo menos una masde las que yo conocia. Aunque el “Vikingo” tenia razon, no me quedaba mas opcion que volver al apartamento de Angel.

miércoles, 21 de enero de 2009

Capitulo 4: La mujer que vino del infierno

Desperte en una gran cama de matrimonio enredado en unas sabanas de seda azules. De fondo se oia “I used to love her” de los Guns N Roses y a alguien toquetear unos cajones. Me quede echado en silencio, ante todo soy un tipo practico, en mi estado no iba a llegar muy lejos y huelga decir que la cabeza me iba a reventar. Fuera quien fuera aquella persona no pretendia hacerme daño por el momento ni tampoco quedarse mucho tiempo en la ciudad. A traves del olor de las velas perfumandas se intuia que el apartamento habia estado cerrado durante mucho tiempo y la ausencia de fotografias y elementos decorativos apoyaba mi suposicion.

Mientras miraba la luz que entraba por las rendijas de la persiana intentando adivinar que hora era ella entro en el dormitorio con una cerveza en la mano. Llevaba un kimono rojo con una serpiente bordada en negro. Con sus pies descalzos se acerco hasta el borde de la cama y se sento.

- Buenas tardes, bello durmiente, aunque lo de bello es mas un cumplido que una realidad, parece que un bicho te ha masticado y vomitado.

- Tu tampoco estas mal, Angel ¿Te siguen llamando asi, no?

-Por ser quien eres puedes llamarme como quieras ¿Como te dicen a ti ahora? - Abrio la botella contra el filo de la mesita de noche y me la dio - ¿Viejo desecho? ¿ Cabron sin sentimientos?

- Viejo numero siete

- Prefiero los que yo he dicho, van mas parejos con tu personalidad

- ¿Por que en vez de quedarte ahi parada insultandome no me das un cigarro y me dices como he llegado aquí?

- De acuerdo, pero tendras que hacerme un Hammer Rojo mientras – Resople y lentamente me levante de la cama, entretanto ella daba palmadas y sonreia como una niña pequeña el dia de su cumpleaños – El picahielos esta debajo de la almohada.

- ¿El vodka tambien esta en el mismo sitio? - Me señalo el servicio - Recuerdame que te regale un minibar ¿Me vas a contar como me encontraste o voy a tener que hacer ademas la cena?

- Estaba tomandome una copa en el “Gato Negro” y te reconoci, te segui hasta el almacen, vi tu numerito sobreactuado de tipo malo y peligroso hasta que te dejaron K.O. Espere a que se fueran y te arrastre hasta mi casa. ¿Has visto mi nuevo corte de pelo? Quizas es demasiado corto pero es muy practico ¿No me digas que no estoy guapa?

- No me gusta. ¿Quienes eran los que me atacaron?

- Los que estaban en el bar con el tipo que tenias atado. Eres un borde – Le acerque el Hammer y me sente en el suelo lejos de su alcance – Gracias. Se ve que no les hacia gracia que el pequeñajo te contara quien les pagaba los trabajitos.
Cierto, lo unico que se de su jefe es que es un tipo muy vergonzoso. No es que no te siente bien pero creo que el corte a lo garÇon anula la feminidad – Me miro con sus inmensos ojos verdes llenos de falsa pena – No hay que ser Sherlock Holmes para saber que todo lo que me estas contando es mentira ¿No estaras metida en esto? Seria la guinda para todo este pastel.

- No se te escapa una – Le dio un trago a la copa y se le retorcieron los dedos de los pies – Ya no me acordaba de lo bueno que estaba. ¿En que estas metido tu?

- Es algo complicado; Algun bastardo me mando a una bruja pelirroja con muy malas pulgas que me chantajea para que recupere un objeto supuestamente suyo que un muerto le robo y que mataron los secuaces del jefe vergonzoso que son los tipos que me golpearon (uno de los cuales tambien esta fiambre) y que no se como es.

- ¿No sabes como es el objeto o el jefe?

- Ninguna de las dos cosas

- ¿El muerto que le robo el objeto no seria Jack “el buzon”?

- ¡Vaya!, Parece que el pobre es como los pintores, que se ha hecho famoso despues de palmarla.

- Si no recuerdo mal el “buzon” estuvo trabajando en el “terciopelo azul” de la zona oeste contigo.

- Si trabajo alli fue despues de que yo desapareciera, tampoco es que eso importe mucho, ahora mismo estoy en un callejon sin salida.

- ¿No tienes ni una sola pista?

- Se que al “reservado” le gusta meter monedas en bocas ajenas por algo de una lago griego.

- Puede que sea griego...

- No conozco a ninguno que se mueva en estos ambientes. - me mire la muñeca como si tuviera un reloj - Sera mejor que me vaya marchando – Me levante y busque con la mirada mi camisa y la chaqueta.

- Te he tirado la camisa, por el olor parecia que le tenias mucho aprecio – Me dijo en tono burlon – pero la sangre no sale con nada. Tienes una nueva en el armario – La coji y me la puse – De nada, ¿No puedes quedarte a cenar?

- Tengo pocas ganas de comer y muchas cosas en que pensar

- ¿Ni aunque pasemos directamente al postre?

- Eres una de las personas mas peligrosas que conozco y creeme, me relaciono con mucha gente.

- Siempre has tenido un concepto muy equivocado de mi

- ¡ Veinte segundos despues de conocerte me pegaste un tiro!

- Eso fue por estar donde no debias, ademas hace siglos de aquello ¿cuantas veces me lo vas a recordar?

- Cada vez que te cruces conmigo – Agarre la chaqueta y me marche hacia la puerta – Aunque digas que no tienes nada que ver con esto tengo la sensacion de que nos veremos pronto.

- Puede ser... Por cierto, ¿Has visto la estatua del pasillo?

- Muy bonita

- Es el Laoconte, una escultura sobre una leyenda griega

- He tenido suficiente de esa cultura por un tiempo

- Lo curioso es que no se sabe a ciencia cierta si es griega o romana. A los romanos les gustaba tanto el arte y las costumbre helenas que las copiaba y las adoptaban como suyas.

- El gusto por lo ajeno ha existido siempre. Adios.


Puede que fuera el golpe en la cabeza o el cansancio y el estres acumulado, pero hasta un par de horas despues no me sobresalte y me levante rapidamente del sofa. Angel me habia dado la clave; No conocia a ningun griego, pero si habia oido hablar de varios italianos con gusto por lo ajeno que se movian por la zona oeste. Algo a lo que agarrarme...

martes, 20 de enero de 2009

Capitulo 3: El hombre que vino del frio

Uno de los peores inventos de las sociedad es, sin duda, el madrugar, pero si queria averiguar algo sobre como murio “el buzon” no tenia mas remedio que hacerlo. Me acerque a la morgue de la policia con prudencia, el hecho de que en mi ultimo encuentro con ellos me quisieran acribillar no tenia nada que ver, era simplemente que nunca me habia llevado bien con ellos.

Si buscas a alguien que trabaja en una comisaria el mejor sitio para empezar es la cafeteria de enfrente, y efectivamente alli estaba “Iceman”, el encargado de las fiambreras. Le salve el pellejo en una pelea de bar cuando ni siquiera habia terminado la carrera y desde entonces el era mis ojos en las autopsias de conocidos. Era un hombre de condicion alegre y complexion fuerte con cierte tendencia a disfrutar de su trabajo, cosa que me daba un poco de repelus, pero no podia culparle, yo tambien disfrutaba del mio que no era mucho mejor. Me sente a su lado sin quitarme las gafas de sol y pedi una cerveza.

- ¿Siete? - Me dijo sorprendido - ¿Que haces aquí?

- Desayunar, ¿Como me has reconocido? Llevo años sin visitarte

- Poca gente que conozco desayuna cerveza, ademas hueles fatal, como si te hubieras revolcado en la basura.

- Tuve una noche movidita ¿Como estas?

- Muy bien, me han ascendido, hice una promocion interna hara un par de años y ahora ademas...

- Me alegro de que te vaya bien – Le corte - ¿Que le ha pasado al “buzon”? - Iceman abrio los ojos como platos - ¿Que te pasa? - Le sonrei – Te has quedado frio

- ¡Tu eras el tipo de la otra noche! - Me contesto tan bajito que apenas logre escucharle, se bebio el café de un trago mirando hacia todos los agentes que estaban alrededor nuestra - ¡El vagabundo del apartamento!

- Lo de vagabundo me ha dolido. Si te sirve de consuelo ya estaba frito cuando yo llegue.

- No pienses que he dudado de ti, por lo menos no mucho.

- Es un consuelo – Exhale el humo de mi cigarrillo y lo mire fijamente – Al grano.

- Tres tiros en el corazon a quemarropa, profesionales. Tampoco es que el tipo le quedara mucho sino se lo hubieran cargado, tenia el higado hecho polvo. Por lo demas lo de siempre excepto por dos detalles muy inquietantes; En la mano derecha tenia ocho pequeñas heridas, cuatro y cuatro en dos lineas simetricas, puntos como de haber agarrado algo muy fuerte.

- ¿Algun objeto de la casa coincidia con las heridas?

- No.

- Lo suponia... ¿Y el otro detalle inquietante?

Acerco su mano a mi oreja y puso cara de sorprendido.

- ¿Que tienes ahi? - En su juventud Iceman habia intentado dedicarse profesionalmente a la magia, pero tenia las manos demasiado grandes. Saco una moneda – Igual que el “buzon”, solo que el la tenia en la boca. En la antigua Grecia, los familiares de los muertos introducian una moneda en la boca de estospara pagar al barquero de la laguna Estigia.

- Todos hemos oido alguna vez esa historia – Me guarde disimuladamente la moneda.

- Siete, esa no es la moneda que le sacamos al tipo.

- Lo se, ¿Algo mas?

- No. ¿Por que te interesa tanto un pobre desgraciado como ese?

- Era cliente de mi bar y me debia pasta.

- ¿Seguro que es solo por eso? Se cuenta por los pasillos que estaba metido en asuntos muy turbios. Si yo fuera tu tendria mucho cuidado, la proxima vez que nos veamos prefiero que sea en la barra de un bar mejor que en la mesa de autopsias.

- No te preocupes por mi, de todas formas el dia que acabe en tu mesa procura no cortarme la circulacion del dedo con la etiqueta.

Pague la cerveza y me fui. Iceman me habia resultado muy util a pesar de haberme dado mas preguntas que respuestas. Por lo menos ya sabia las dimensiones del maldito objeto y que no podia demorar mas la visita a los matones que me dieron la paliza.

Despues de una ducha y de una visita rapida a la tienda de deportes con saldos en bates de beisbol me dirigi de nuevo a los barrios bajos. Los encontre un par de horas despues de fiesta en el club “El gato negro”, estaba claro que no iba a ser su noche de suerte.

Espere a que el mas pequeño se separara de los otros dos, no porque fuera menos peligroso para mi integridad fisica, sino porque tenia pinta de ser el que podria saber algo mas sobre su jefe. Lo segui hasta un callejon donde se metio a mear, no me pregunteis por que pero toda la gente de su calaña los usa de servicios. Me acerque sigilosamente por detras y de un “Home Run” en su cabeza acabe con la horrible melodia que estaba silbando. Lo arrastre rapidamente hasta un viejo almacen abandonado que habia cerca (Otra de las ventajas de escoger al menos voluminoso) Lo ate a una viga y lo desperte amablemente apagandole una colilla en la frente. Estaba bastante desconcertado hasta que me vio, entonces empezo a asustarse.


- Hola chiquitin – Le dije mientras daba vueltas a su alrededor – Vamos a jugar a una cosa muy divertida; yo te pregunto y si no me respondes lo que quiero oir te doy con el bate ¿De acuerdo? - No dijo nada – Vale, vamos a empezar. ¿Por que matasteis al “buzon”?

- ¡No se quien es, yo no he matado a nadie!

Le golpee en la rodilla derecha y su grito casi me revienta los timpanos, ya no hacen a los sicarios tan duros como antes...

- No estas pillando la dinamica, de todas formas de esa me sabia la respuesta, lo que me lleva a la segunda pregunta ¿A quien le entregasteis lo que fuisteis a robar?

- ¡No se de que coño me estas hablando, soy contable!

- Vale – Suspire, lo mire y me aprete los ojos con mis dedos ¿Pudiera ser que me estuviera equivocando de tipos? Para ser sincero el callejon estaba muy oscuro y yo estaba recibiendo golpes por todas partes. Quiza estaba torturando a un pobre hombre inocente que tenia la mala suerte de salir con dos amigos grandes y llevar traje. Tenia que asegurarme de alguna manera... Le pegue en la rodilla izquierda – Esto me duele mas a mi que a ti – Me sincere – De acuerdo, es mentira, pero todavia puedes escapar de aqui solo con el handicap de ir de copas a locales con rampa si colaboras. Concentrate que el proximo va a la cabeza.

- ¡Espera! - Me suplico – Te lo contare todo.

Parecia que iba a romper a llorar. Solte el bate en el suelo y me acerque a el.

- ¿Ves lo bueno que tiene hacer deporte? Siempre acabas consiguiendo nuevas amistades. Habla.

- El tipo que nos contrato queria que le quitaramos un objeto que le robo, tenia mucho interes en que no dejasemos testigos.

- Un hombre reservado... ¿Quien es?

Se oyo un disparo detras mio que dejo mudo al pequeñajo y antes de que pudiera reaccionar me fui a dormir obligado por mi propio bate. Ser golpeado se estaba convirtiendo en una costumbre bastante desagradable.

jueves, 15 de enero de 2009

Capitulo 2: Una noche para olvidar

Pasear por los barrios bajos era como recibir una bofetada en los recuerdos, todo seguia igual de gris y con ese olor a fruta descompuesta que no puedes quitarte de la cabeza en semanas. Los fogonazos intermitentes de los neones te dejaban ver con claridad por un segundo los veraderos rostros de todas esas siluetas humanoides que danzaban por los callejones sin saber realmente a donde ir.

Por lo menos yo si sabia hacia donde dirigirme, al club "La blanca doble", nombre muy apropiado para un lugar donde nunca se ha jugado al domino. Buscaba a un viejo amigo al que llamabn "Naranjito" porque trabajaba de butanero. Naranjito era un hombre agradable, de voz ronca, osco en el trato y grande como un buey. Estaba informado de todo lo que pasaba en su ruta. Me debia un par de favores y estaba dispuesto a que me los abonara esa misma noche. Dicen que los seres humanos son animales de costumbres y puede que sea cierto porque alli estaba, sentado en su rincon de la barra como siempre, suspire y me sente a su lado.

- ¡Coño, siete!

- Buenas noches

- ¿Que cojones haces aqui? Estas hecho un asco ¡Camarero! Trae una botella de Bourbon a ver si resucitamos a este muerto

- Eres muy amable - Le agradeci mientras le ofrecia un cigarrillo - Pero no he venido por placer

- Entiendo... - Me susurro mientras cogia la botella y echaba poco amablemente al camarero - ¿Un trabajito? ¿Quieres que te de informacion sobre "el buzon"?

Otra vez tenia la sensacion de ir un paso por detras del mundo.

- No - Le conteste mientras apuraba mi vaso - Quiero que me cuentes todo lo que sepas sobre cierta bruja pelirroja que me tiene cogido por las pelotas.

- La Dama de Hierro, eh. ¿La conoces?

- Menos que ella a mi.

- No se mucho sobre ella, aparecio hace poco por el barrio buscando a alguien para un trabajito, dicen que es fria y calculadora y que venderia a su padre por conseguir lo que quiere. Tambien dicen que tiene debilidad por los greñosos canosos y decrepitos asi que era cuestion de tiempo que te encontrara.

- ¿Me la enviaste tu?

- Sabes que nunca le diria a nadie tu secreto, te debo mucho.

- Pues a alguien se le ha ido la lengua y cuando lo encuentre me asegurare de que no la vuelva a utilizar.

- ¿Trabajas para ella?

- Chantaje es una palabra muy fea...

- Comprendo ¿Que piensas hacer?

- Me bebere otra copa, pagare la cuenta y preguntare por ahi si alguien a visto al "buzon"

- No te lo recomiendo, viejo, preguntar por ese pobre diablo te puede traer problemas.

- No soy un maldito sabueso, solo un triste barman al que le debe dinero ¿Que me puede pasar? - Le exclame con la mejor de mis sonrisas - Eres demasiado exagerado.


Media hora y una paliza despues desperte en un sucio callejon. Si por mi hubiera sido me hubiera dejado morir alli; Quieto y en silencio mirando las estrellas, pero el tabaco se me habia caido a un par de metros de donde estaba. Mientras me movia lentamente mis huesos crujian como una carraca oxidada lo que me hizo pensar si era demasiado viejo para estas cosas en particular o para la vida en general. Al menos habia hecho tres nuevos amigos, grandes, profesionales y con muy mala leche, y si de algo puedo estar orgulloso es de no olvidar nunca ni unos buenos pechos ni la cara de un tipo que me apaliza.


La nicotina hacia que me escocieran los labios, o por lo menos lo que quedaba de ellos, mientras intentaba que la nariz me dejara de sangrar no se por que pero me plantee que a lo mejor no estaba enfocando adecuadamente la situacion. Tenia el carnet de identidad del "Buzon" como seguro de pago y por lo tanto su direccion. Con un poco de suerte no estaria en casa y con un poco mas podria robarle ese objeto tan valioso (El cual todavia no sabia lo que era) y olvidar todo este asunto.

Renqueando llegue hasta su apartamento, no me costo mucho forzar la cerradura y adentrarme en el basurero infecto donde malvivia el tipo que, por cierto, estaba en casa, o por lo menos de cuerpo presente. Habia visto muchos cadaveres a lo largo de mi vida y este tenia toda la pinta de haber muerto por atragantamiento; Mordio mas de lo que podia tragar. Mi sexto sentido me decia que mis nuevos amigos habian llegado antes que yo aunque ya poco importaba.

Cuando me disponia a examinar la casa oi de repente unos pasos por las escaleras y antes de que pudiera darme la vuelta tenia a dos policias apuntandome y dandome el alto.

¿Sabeis esas situaciones de vida o muerte en las que el cuerpo bombea tanta adrenalina que no siente dolor? Pues esta no era una de ellas, corri como pude maldiciendo todo lo maldecible hasta la escalera de incendios mientras esos bastardos de azul, seguramente sobornables, jugaban al tiro al pato conmigo. Llegue a la escalera y de alli en caida libre hasta un monton de basura, unos cuantos metros arrastrandome por callejones y sin darme cuenta estaba fuera de peligro.


No habia sido una buena noche y la oportuna llegada de la poli olia bastante peor que yo, asi que decidi irme a dormir. Me eche en el sofa bastante abatido cuando del bolsillo de la chaqueta empezo a salir un sonido muy desagradable: era el telefono que me dio la dama. Descolgue y no me dejo decir ni hola.

- ¡Estupendo señor siete! - Me recrimino desde el otro lado - Le dan una paliza, allana un apartamento y la policia le encuentra al lado de un fiambre. Veo que en verdad la sutileza es uno de sus fuertes. Al menos habra conseguido algo.

- Aparte del dolor fisico poca cosa, el hombre de la foto como veo que ya sabe, esta en un mundo mejor. Todo este asunto parece que me va a llevar mas tiempo del que preveia, ¿no podria conseguirme una baja laboral por depresion o algo parecido para que pudiera centrarme en esto?

- Vere lo que puedo hacer. No es nada personal, señor siete, pero procure conseguirme ese objeto antes de que le maten.

Y colgo.

Al dia siguiente me dirigia, realmente dolorido, hacia el trabajo cuando un bombero me detuvo, el bar se habia incendiado. Mientras consolaba al pianista intentando que dejara de cantar, mi jefe me dijo que el seguro cubriria los gastos, pero que tardaria un mes mas o menos en volver a abrir, asi que estaba oficialmente de vacaciones. Habia que reconocer que la dama era bastante expeditiva en sus acciones pero por lo menos me habia conseguido el tiempo que le pedi. Tiempo para ir una tarde al cine, para pasear por el puerto al amanecer y tambien, con suerte, para hacerle una visita de cortesia a mis amiguitos del callejon.

miércoles, 14 de enero de 2009

Capitulo 1: Una tarde tranquila

Era una tarde lluviosa de invierno, mientras fumaba un cigarrillo iba limpiando la barra de marmol tan fria que me recordaba a una lapida. No me malinterpreten, el garito estaba bien; Un antro oscuro, con buen bourbon, bebedores profesionales y un pianista cirroso con una tendencia enfermiza a destrozar clasicos de Ella Fitzgerald. Sin olvidar, por supuesto, la magnifica filosofia laboral de no preguntar por el pasado de los camareros lo que, por razones obvias, lo convertia en el hogar ideal para un tipo como yo.

Que la mayoria de las personas que ves no recuerden lo que hicieron ayer tambien ayuda a pasar desapercibido. Los clientes mas asiduos me llamaban "viejo numero siete" o "siete" a secas, bien como broma privada debido a mi fiel compañero de viaje o bien por mi digamos, desaliñado aspecto. Fuera por lo que fuera era mejor que me conocieran asi que por mi verdadero nombre.

La tarde transcurria tranquila, habia tal silencio que casi era capaz de oir a las ratas merodear los cubos de basura del callejon. Tranquila, hasta que ella entro por la puerta.

Era una mujer de unos cuarenta ,muy elegante, casi aristocratica. Tenia pinta de haberse quedado viuda de tres o cuatro ancianos millonarios y no haber derramado mas lagrimas que las justas para firmar las herencias, y que conste que no soy misogino, pero siempre he pensado que las mujeres solo dan problemas, apesar de ello mi deber como distribuidor de bebidas era atenderla.

- Buenas tardes.

- Buenas, señor siete - Me dijo dejandome la sensacion de que me habia perdido algo - Un Hammer rojo, por favor.

- Lo siento, no conozco ese coctel.

- Es extraño - Susurro con una media sonrisa capaz de derretir un glaciar - Me han comentado que hace mucho tiempo usted era el mejor barman de la zona oeste.

- Se confunde de persona.

- Quiza si o quiza no, de todas formas no he venido hasta este local de mala muerte a jugar a las adivinanzas - Saco algo de su bolso - ¿Conoce a este hombre?


La foto que me dio era de Jack "el buzon", un borrachuzo semi-indigente con tendencia a la diarrea verbal y las malas compañias, hacia tres o cuatro dias que no le veia, y eso que me debia algo de pasta. Decidi que la sinceridad era la mejor manera de sobrellevar este asunto.

- No lo he visto en mi vida.

- Vaya - Comento mientras guardaba la foto - Es la segunda decepcion que me llevo con usted, y realmente espero que sea la ultima; Necesito que lo encuentre, tiene en su poder un bien muy preciado para mi.

- ¿Por que yo? - Le pregunte intuyendo la respuesta - ¿Por que no contrata a un detective privado?

- Los detectives son caros y usted lo hara gratis porque se quien es en realidad. Ademas es perfecto para este asunto.

- ¿Porque soy temerario e inteligente?

- Porque es un asunto muy feo - De repente se levanto, dejo en la mesa un telefono movil y se encamino hacia la salida - Encuentre a ese hombre, recupere mi propiedad, con un poco de suerte la semana que viene pensara que todo esto fue un mal sueño y podra seguir en su escondrijo sirviendo copas. Le llamare a ese movil para que me informe, y por favor, intente ser discreto en la medida de los posible, a ninguno nos conviene llamar la atencion.

Y se fue. Se me erizaron los pelos de la nuca y eso siempre era una mala señal, pero no tenia mucha capacidad de eleccion, cuando cerrara el local tendria que darme una vuelta por los bajos fondos. Me encendi un cigarrillo e intente no pensar en la sensacion de asco que me recorria el estomago, ¿Era nerviosismo por tener que inmiscuirme en un asunto tan raro, o impaciencia por volver a mi lugar en el mundo?

Lo descubriria muy pronto