jueves, 12 de febrero de 2009

Capitulo 9: Viejos enemigos

Gire lentamente la cabeza y lo vi apuntandome al corazon desde la puerta. Era, sin duda, el “Basurero”. Ni en mis peores pesadillas habia imaginado que me veria cara a cara de nuevo con el.

- Tira tu preciada pistola, Jack – Me tenia donde queria pero aun asi me resisti a acatar su orden - ¡Vamos! No estoy para perder el tiempo.

Mientras estaba observando mi mano derecha soltar a Sargonnas le arroje un candelabro con la izquierda que golpeo en su brazo e hizo caer su pistola dandome el tiempo necesario para arrojarme sobre el – Ventajas de ser ambidiestro - Le afirme dandole un puñetazo en el estomago. Se escabullo de una patada y empezo a usarme de saco de arena humano. Parecia que el tiempo no habia pasado para el bastardo. Tenia una forma fisica envidiable y sus movimientos seguian siendo rapidos y elegantes, si huniera que definirle con una sola palabra esa seria letal. Por algo era el asesino a sueldo mejor pagado del gremio. Despues de hacerme pure el cerebro me apreso la cabeza con su antebrazo para asfixiarme. Yo no seria tan gracil y perfecto como el, pero si habia sobrevivido a nuestros anteriores encuentros no era precisamente por casualidad, sino por mi total ausencia de honradez en los combates, asi que mordi su pecho como si fuera un bistec recien hecho. El Basurero me daba codazos en los riñones mientras me apretaba el cuello y gritaba que le soltara. De un empujon me tiro encima del piano. Me levante y escupi el pedazo sanguinolento de mi enemigo.

- Es curioso – Le dije limpiandome la boca – Eres un cerdo pero sabes a pollo.

- Eres nuestra vergüenza, lo eras antes y lo sigues siendo ahora.

- Hay cosas que nunca cambian – Necesitaba que siguiera hablando mientras intentaba centrar la vista y colocarme los organos en su sitio despues de la paliza - ¿Que haces aquí?

- Es un trabajo indigno de mi categoria, pero cuando me entere que estabas implicado no lo dude un segundo. Nunca sere considerado el numero uno hasta que acabe definitivamente contigo.

- No deberias mezclar trabajo y asuntos personales.

- ¿Tu te atreves a darme consejos al respecto?¿El que solo aceptaba trabajos si el objetivo era un narcotraficante o algo parecido? Tu falsa etica solo servia para engañarte y poder dormir tranquilo, pero la realidad es que eras un asesino como todos nosotros.

- Me da igual lo que pienses. Hice bastante bien al mundo sacando de la circulacion a toda esa gente.

- ¿Como a aquella niñita francesa? - Sonrio picaramente sabiendo que estaba metiendo el dedo en la llaga -Sinceramente creo que aquel tipo no le hubiera disparado si no hubieras estado apuntandole. Por eso desapareciste, tiene que ser duro ver como todo tu mundo de ideales y buenas acciones se pierde en unos inocentes y vacios ojos verdes ¿Cuantos añitos tenis la zorrilla, diez?

No iba a caer en la provocacion aunque estuviera deseando cortarle el cuello. Habia conseguido el tiempo que precisaba. Salte hacia Sargonnas, la empuñe y dispàre a una lampara de araña que cayo estrepitosamente cerca del Basurero. Aprovechando la confusion cogi a la Dama, silla incluida, y nos lanzamos por la ventana para caer en el jardin de trasero de la casa. La desate y me la carge al hombro para huir a un lugar seguro fuera de alli. Desde la ventana el nos miraba con una media sonrisa, era un tipo profesional y en su estado iria a lamerse las heridas para estar en optimas condiciones para nuestro proximo encuentro. Cai exhausto una manzana despues, Dama se encendio un cigarrillo, se arreglo el pelo y levanto levemente la mano para detener un taxi al que subimos rapidamente. Dio la direccion de mi apartamento y empezo a silbar una cancioncilla mientras miraba por la ventana.

- De nada – Le recrimine jadeante con la cabeza hacia atrás y los dedos presionandome la nariz – Es mi trabajo.

- ¿Gracias por que? ¿Por caer en una trampa que se veia a kilometros? ¿Por tirarme por una ventana?

- ¿Por salvarle la vida? - Solto una leve carcajada y me miro por encima de las gafas de sol - ¿Que pasa?

- No iban a matarme. A mi maridito le gusta jugar a los hampones pero cuando las apuestas suben corre a esconderse en las faldas de su mama. Contrato a ese tipo solo porque sabia que intentaria matarle, le tiene mucho miedo, señor siete.

- Suelo suscitar ese sentimiento.

- Usted origina muchas emociones distintas en las personas. - El coche paro en mi portal – Vamos, le ayudare a subir – Me agarre a su cintura y subimos lentamente las escaleras, abri a duras penas la puerta y me tumbe agotado en el sofa – Su casa refleja perfectamente su espiritu.

- ¿Lo dice por el poster de Planeta Prohibido o por los trozos de pizza rancia en la mesa?

- Por ambas cosas. ¿Tiene alcohol y vendas?

- Las vendas estan en el cuarto de baño y el alcohol en el mini-bar – Me miro extrañada, sonrio y trajo el botiquin y una botella de bourbon. - ¿Es usted enfermera?

- Soy la mayor de cinco hermanos hiperactivos – Me quito la camisa y me paso la mano suavemente por la espalda – Tiene una colección increible de cicatrices.

- Yo tambien fui una persona nerviosa en mi juventud

- Entonces, ¿Todas las historias que se escuchan en los bares sobre usted son ciertas?

- La mayoria supongo que no.

- Le he estado observando todoe ste tiempo para intentar descubrir si era realmente el mitico Jack Setson, y no estaba segura al cien por cien hasta que le vi entrar en la sala de musica y pelear con ese asesino, verle escupir ese pedazo de carne humana y su cara ensangrentada fue tan primitivo, tan feroz.

- Lo que seguro que no fue es muy agradable.

- A mi me resulto impactante, muy sensual... - No se por que, desde que la vi supuse que era un poco rarita - ¡Hagamos el amor salvajemente! - Se subio encima mia y empezo a morderme el cuello, la verdad es que hubiera preferido dormir “salvajemente” un par de semanas, pero estaba tan cansado que no tenia fuerzas para resistirme. Afortunadamente, el movil sono evitandome la violacion y varias sesiones con mi psicoanalista. Descolge el telefono, era Naranjito.

- Hola siete ¿Estas ocupado?

- Tenia un par de asuntos entre manos, pero pueden esperar ¿Que quieres?

- Me sentia muy mal por haberte seguido asi que para resarcirme he estado preguntando por ahi y he conseguido averiguar un par de cosas que puede que te interesen.

- ¿Que cosas?

- Creo que se como consiguio el Buzon la llave y donde esta.

- Nos vemos en la “Blanca doble?

- ¿Cuando?

- Ya.