miércoles, 25 de febrero de 2009

Capitulo 10: Nuevos amigos

Me vesti y mientras me dirigia rapidamente hacia la puerta la Dama me llamo.

- Voy contigo.

- Tampoco es que pueda impedirtelo – Le dije mientras giraba el pomo – Ademas, asi puede que por fin me cuentes todo lo que te has estado callando desde que empezo esto.


Cogimos un taxi hasta el lugar donde habia aparcado mi moto y en ella fuimos hasta el club. Naranjito estaba esperando. Pedi tres bourbons y nos sentamos en un rincon apartado.

- Bien chiquitin – Le dije sacando el tabaco - ¿Que has averiguado?

- Se como entro el Buzon en la mansion Dickinson y como robo la llave.

- ¿Por la puerta? - Dama me miro con gesto de desaprobacion por mi actitud. Encogi los hombros y lo deje continuar.

- A pesar de que gracias a la basura Willian Dickinson se ha hecho multimillonario, su familia lleva generaciones siendo una de las mas ricas de la ciudad. Pues veras, la gente encargada del mantenimiento de la finca y la mansion eran los padres del Buzon, paso su infancia recorriendo los jardines y los pasillos de la casa.

- Sabia como entrar y coger la llave sin ser visto pero no mantener la boca cerrada.

- Asi es, se jacto por todos los bares de su hazaña y acabaron por darle billete. ¿Como sabias que lo mataron por bocazas?

- Le llamaban el Buzon...

- Tambien es verdad

- ¿Quien lo mato?

- Unos drogadictos de tercera que creian que podian hacer el negocio de su vida – Esa era la razon por la que no era capaz de descubrir quien tenia la llave, esos tipos no entraban en la ecuacion – Se han movido por ahi sin esconderse mucho esperando encontrar un comprador.

- ¿Lo han encontrado? - Pregunto la Dama con un tono nervioso - ¿Tienen al comprador?

- Si.

- Me apuesto mi vieja colección de vinilos a que el comprador es un viejecito italiano laringectomizado – Los dos me miraron sorprendidos – He leido muchas novelas de Conan Doyle.

- Vicenzo y los drogadictos se reuniran mañana a medianoche en el puerto para realizar el intercambio.

- ¿Que vamos a hacer, Jack? - Dijo la Dama con cierta tristeza – Si consigue la llave no habra manera de arrebatarsela.

- Tranquila – Le respondi mientras apuraba mi vaso – La transaccion sera un absoluto fracaso.

- ¿No estaras pensando en presentarte alli?

- Si.

- ¿Y robar la llave?

- Si.

- ¿Delante de las narices de los hombres de Vicenzo y de los otros?

- Si.

- Estas loco.

- Sera tan facil como quitarle un caramelo a un niño, de noventa años pero niño al fin y al cabo.

- Conseguiras que te maten – Suspiro Naranjito mientras pedia otra ronda – En cuanto asomes la cabeza te la volaran.

- Probablemente – Gire la cabeza y mire fijamente a la Dama – Pero antes de hacerlo necesito saber un pequeño detalle ¿Que abre esa llave?

- Esperaba que lo descubrieras por ti mismo – Vacilo por unos instantes – Abre una caja fuerte escondida en un antiguo castillo perteneciente a una milenaria y extinta logia masonica – El cigarrillo se me cayo de la boca – Se cuenta que dentro hay bonos del estado y lingotes de oro por valor de varios miles de millones, pero no se sabe a ciencia cierta cuanto de todo lo que te he contado es cierto y cuanto leyenda.

- Como siempre, al final todo se reduce al maldito dinero – Le recrimine mientras intentaba apagarme los pantalones – Sois todos unas sucias hienas sin sentimientos. Escuchame bien porque odio repetirme. Robare la llave, te la dare, tu te callaras esa boquita y te iras solita a buscar el dichoso castillo. Con un poco de suerte esa logia existira todavia, te torturaran de cientos de maneras a cada cual mas dolorosa y finalmente te mataran y no tendre que volver a saber de ti nunca mas.

- De acuerdo, señor Siete – Me respondio con los ojos vidriosos y los labios apretados – Estaremos en contacto.

Y se marcho. La verdad es que para ser una mujer a la que le gusta es sadomasoquismo era bastante sensible.

- ¿No has sido un poco duro con ella?

- Ya sabes que no aguanto a la gente capaz de matar por dinero.

- Le dijo la sarten al mango... - Lo mire y agacho cobardemente la cabeza – Lo siento.

- Tengo un monton de cosas que hacer antes de asistir a la reunion del puerto ¿Sabes el lugar exacto?

- La nave noventa y siete. ¿Quieres que te eche una mano?

- Hay algo que puedes hacer por mi. Busca a esos tipejos por los bares, sientate a su lado y cuenta alguna historia exagerada sobre mi.

- ¿Como de exagerada?

- Quiero que cuando me vean aparecer salgan huyendo con un peso extra en los pantalones.

- Entendido, cuidate.

- Seguro, adios.  


Tenia menos de veinticuatro horas para trazar un plan que no terminase con Iceman poniendo mis organos en una balanza. Poco tiempo, pero aun asi decidi pasarme por el hospital a ver como estaba Angel. Cuando llegue a su habitacion estaba vacia. El doctor me dijo que habia pedido el alta voluntaria y me dio una carta que dejo para mi.

“Queridisimo Jack, antes de nada quiero pedirte disculpas por lo de los encapuchados y por no despedirme de ti en persona, pero es que seria muy duro para mi ahora mismo mirarte a los ojos y decirte todo esto. Cuando leas esta carta ya habre acabado lo que vine a hacer a la ciudad y estare muy lejos de aquí. Supongo que seguiras con la tonta idea de retirarte al bar y a su comodo anonimato asi que seguramente no nos volveremos a ver jamas. Que no te remuerda la conciencia todo esto al fin y al cabo somos espiritus libres que no han hecho otra cosa que destrozarse el corazon durante años. Te debo cuatro besos, siete abrazos y una disparo.
Siempre tuya en la lejania: Angel”


Me guarde la carta en el bolsillo de la camisa y sali del edificio. Pensar que quiza no volveria a verla hacia que se me anudara el estomago, pero no tenia mas remedio que rehacerme y concentrame. Ya tendria tiempo de llorar, si sobrevivia.