miércoles, 21 de enero de 2009

Capitulo 4: La mujer que vino del infierno

Desperte en una gran cama de matrimonio enredado en unas sabanas de seda azules. De fondo se oia “I used to love her” de los Guns N Roses y a alguien toquetear unos cajones. Me quede echado en silencio, ante todo soy un tipo practico, en mi estado no iba a llegar muy lejos y huelga decir que la cabeza me iba a reventar. Fuera quien fuera aquella persona no pretendia hacerme daño por el momento ni tampoco quedarse mucho tiempo en la ciudad. A traves del olor de las velas perfumandas se intuia que el apartamento habia estado cerrado durante mucho tiempo y la ausencia de fotografias y elementos decorativos apoyaba mi suposicion.

Mientras miraba la luz que entraba por las rendijas de la persiana intentando adivinar que hora era ella entro en el dormitorio con una cerveza en la mano. Llevaba un kimono rojo con una serpiente bordada en negro. Con sus pies descalzos se acerco hasta el borde de la cama y se sento.

- Buenas tardes, bello durmiente, aunque lo de bello es mas un cumplido que una realidad, parece que un bicho te ha masticado y vomitado.

- Tu tampoco estas mal, Angel ¿Te siguen llamando asi, no?

-Por ser quien eres puedes llamarme como quieras ¿Como te dicen a ti ahora? - Abrio la botella contra el filo de la mesita de noche y me la dio - ¿Viejo desecho? ¿ Cabron sin sentimientos?

- Viejo numero siete

- Prefiero los que yo he dicho, van mas parejos con tu personalidad

- ¿Por que en vez de quedarte ahi parada insultandome no me das un cigarro y me dices como he llegado aquí?

- De acuerdo, pero tendras que hacerme un Hammer Rojo mientras – Resople y lentamente me levante de la cama, entretanto ella daba palmadas y sonreia como una niña pequeña el dia de su cumpleaños – El picahielos esta debajo de la almohada.

- ¿El vodka tambien esta en el mismo sitio? - Me señalo el servicio - Recuerdame que te regale un minibar ¿Me vas a contar como me encontraste o voy a tener que hacer ademas la cena?

- Estaba tomandome una copa en el “Gato Negro” y te reconoci, te segui hasta el almacen, vi tu numerito sobreactuado de tipo malo y peligroso hasta que te dejaron K.O. Espere a que se fueran y te arrastre hasta mi casa. ¿Has visto mi nuevo corte de pelo? Quizas es demasiado corto pero es muy practico ¿No me digas que no estoy guapa?

- No me gusta. ¿Quienes eran los que me atacaron?

- Los que estaban en el bar con el tipo que tenias atado. Eres un borde – Le acerque el Hammer y me sente en el suelo lejos de su alcance – Gracias. Se ve que no les hacia gracia que el pequeñajo te contara quien les pagaba los trabajitos.
Cierto, lo unico que se de su jefe es que es un tipo muy vergonzoso. No es que no te siente bien pero creo que el corte a lo garÇon anula la feminidad – Me miro con sus inmensos ojos verdes llenos de falsa pena – No hay que ser Sherlock Holmes para saber que todo lo que me estas contando es mentira ¿No estaras metida en esto? Seria la guinda para todo este pastel.

- No se te escapa una – Le dio un trago a la copa y se le retorcieron los dedos de los pies – Ya no me acordaba de lo bueno que estaba. ¿En que estas metido tu?

- Es algo complicado; Algun bastardo me mando a una bruja pelirroja con muy malas pulgas que me chantajea para que recupere un objeto supuestamente suyo que un muerto le robo y que mataron los secuaces del jefe vergonzoso que son los tipos que me golpearon (uno de los cuales tambien esta fiambre) y que no se como es.

- ¿No sabes como es el objeto o el jefe?

- Ninguna de las dos cosas

- ¿El muerto que le robo el objeto no seria Jack “el buzon”?

- ¡Vaya!, Parece que el pobre es como los pintores, que se ha hecho famoso despues de palmarla.

- Si no recuerdo mal el “buzon” estuvo trabajando en el “terciopelo azul” de la zona oeste contigo.

- Si trabajo alli fue despues de que yo desapareciera, tampoco es que eso importe mucho, ahora mismo estoy en un callejon sin salida.

- ¿No tienes ni una sola pista?

- Se que al “reservado” le gusta meter monedas en bocas ajenas por algo de una lago griego.

- Puede que sea griego...

- No conozco a ninguno que se mueva en estos ambientes. - me mire la muñeca como si tuviera un reloj - Sera mejor que me vaya marchando – Me levante y busque con la mirada mi camisa y la chaqueta.

- Te he tirado la camisa, por el olor parecia que le tenias mucho aprecio – Me dijo en tono burlon – pero la sangre no sale con nada. Tienes una nueva en el armario – La coji y me la puse – De nada, ¿No puedes quedarte a cenar?

- Tengo pocas ganas de comer y muchas cosas en que pensar

- ¿Ni aunque pasemos directamente al postre?

- Eres una de las personas mas peligrosas que conozco y creeme, me relaciono con mucha gente.

- Siempre has tenido un concepto muy equivocado de mi

- ¡ Veinte segundos despues de conocerte me pegaste un tiro!

- Eso fue por estar donde no debias, ademas hace siglos de aquello ¿cuantas veces me lo vas a recordar?

- Cada vez que te cruces conmigo – Agarre la chaqueta y me marche hacia la puerta – Aunque digas que no tienes nada que ver con esto tengo la sensacion de que nos veremos pronto.

- Puede ser... Por cierto, ¿Has visto la estatua del pasillo?

- Muy bonita

- Es el Laoconte, una escultura sobre una leyenda griega

- He tenido suficiente de esa cultura por un tiempo

- Lo curioso es que no se sabe a ciencia cierta si es griega o romana. A los romanos les gustaba tanto el arte y las costumbre helenas que las copiaba y las adoptaban como suyas.

- El gusto por lo ajeno ha existido siempre. Adios.


Puede que fuera el golpe en la cabeza o el cansancio y el estres acumulado, pero hasta un par de horas despues no me sobresalte y me levante rapidamente del sofa. Angel me habia dado la clave; No conocia a ningun griego, pero si habia oido hablar de varios italianos con gusto por lo ajeno que se movian por la zona oeste. Algo a lo que agarrarme...